Savia nueva para los Reyes de Oriente

Queridos Reyes Magos:

El pasado Año no tuve vuestra contestación a una carta escrita por estas mismas fechas. Quiero pensar que es un problema del correo, que no ha sido capaz de dar con ese palacio lejano en el que habitáis. Seré breve. Como me considero una persona madura a pesar de mi juventud, no pido nada material sino ofreceros alguna idea o reflexión que os pueda servir para reorientar vuestra respuesta en esa noche mágica.

En nuestra Sociedad, la Occidental y Contemporánea, hay cambios continuos en los que reconozco avances y retrocesos, valías y equivocaciones al mismo tiempo. Os hablo de la presencia de valores como la Amistad, el Respeto y el Amor en cualquiera de sus formas. Os hablo del saber disfrutar de la realidad presente, bien sea en el mundo universitario, bien en el del trabajo y consiguiente aportación a la Comunidad… Os hablo también de la presencia del  Individualismo, del catastrófico reparto de riqueza, y de un consumismo que ya inunda el jardín y se nos está colando por la ventana.

Sin embargo, en los llamados países Subdesarrollados hay niños y mayores que carecen de medios para desarrollarse dignamente, y que no disponen ni de los elementos imprescindibles para sobrevivir: Alimento, Abrigo, Vivienda.

Me atrevo a sugeriros que, a partir de este año, cambiéis vuestra estrategia en la noche del día cinco de Enero (por favor, extender estas consideraciones a Papá Noel, Santa Klaus y a cuantos Personajes distribuyan regalos o ideas, en cualquier parte del mundo…):

Ojalá concedáis un solo juguete para cada niño de cada casa, pueblo o ciudad, de todos los países de la tierra.

Ojalá logréis terminar con las desigualdades sociales, las injusticias, la falta de libertades, cese la corrupción de los gobernantes en todos los países y se logre un mundo más justo para todos.

Un juguete que fomente la Participación y el Respeto entre los humanos de todas las Etnias y de cualquier credo que se profese. Que facilite el Juego por el Juego. Que otorgue felicidad a los niños mientras van aprendiendo el oficio de ser mayores.

Haced este trabajo. No os importe producir alguna desilusión fugaz. Traed nuevos Cuentos donde la mujer no sea una Cenicienta explotada. Cuentos donde el hombre no sea un Príncipe poderoso que maltrata a su personal.

Traed también nuevas Normas y Leyes que distribuyan la Riqueza, que den fin al Hambre o a cualquier otra Miseria, y que protejan, en la medida de lo posible, el medio natural y ecológico del resto de seres vivos.

Sé, queridos Reyes, que sabréis hacer entender a los mayores que a los niños hay que ponerles límites en las relaciones cotidianas para que no lleguen a ser los jefecillos de la casa, los “pequeños tiranos” de los padres.

Estoy seguro que nos haréis ver que debemos cambiar, todos y cada uno, para que se respeten los Derechos, y para que nadie se olvide de sus Obligaciones.

Os corresponde ahora mover ficha sin dejarse embaucar por la inocencia de los pequeños al hacer sus peticiones. Ellos desconocen lo que sucede más allá de su limitado entorno.

 Esperando que hagáis bien vuestro trabajo, recibid el abrazo de un admirador.