El joven entró a su habitación y acomodó su mochila junto al montón de ropa que llevaba días junto a su buró, miró con desgano que la pieza era un desastre, había basura sobre los muebles, el piso tenía un aspecto desagradable con una mezcla poco higiénica de fluidos y materia orgánica en descomposición y la humedad se filtraba por la pared, todo esto en torno a su escritorio donde el muchacho tenía instalada su computadora, su televisión y un minicomponente extrañamente era lo más limpio que había dentro de ese sucio cuchitril, frente al mueble se hallaba un sofá, aterciopelado y con un color guinda que resaltaba muy bien con el gris que le rodeaba, al parecer era donde él pasaba la mayor parte de su tiempo y es ahí donde se acomodó de pronto, era un joven obeso ya que aunque asistía al gimnasio no le era suficiente para quemar las calorías que consumía a diario, menos cuando productos fritos y bebidas azucaradas son tus desayunos, comidas y cenas; era un día de invierno, cualquiera que pudiera entrar ahí sentiría cómo el frío clima le estremecería los huesos, además no había mucha iluminación dentro del cuarto y para colmo el foco del techo estaba fundido, era una tarde común para cualquier adolescente de hoy en día, así que este chico tomó un cable y conecto sus aparatos, encendió la computadora, la televisión y el minicomponente, en seguida que cargo su ordenador inició sesión en facebook y comenzó una charla, descargó música e inició un juego, en la televisión observaba un noticiero donde estrepitosamente mostraban actos violentos, corrupción, problemas energéticos y demás horrores que lejos de ser temidos eran de alguna forma punto de partida para sacar publicidad o hacer propaganda de ello, mientras tanto, en el minicomponente sonaba una melodía un tanto pegajosa pero de muy poco valor intelectual, era una canción de reggaeton que emitía una radio local; ya algo entretenido, el joven sacó de la nevera un refresco y de su mochila unas frituras y dulces que había comprado en la escuela e inició la ingesta hasta que quedó satisfecho pero estaba fatigado del hartazago, así que del sofá donde él ya se hallaba muy cómodo, cubierto con una frazada, sólo alcanzó a arrojar la basura cerca del cesto correspondiente y le importo poco aún viendo en el noticiero la degradación de la naturaleza por consecuencia del hombre, en su computadora seguí «socializando» e incluso emocionado por haber agregado al 2 desconocidos para hacer amistad; el joven se ocupaba, de verdad estaba muy entretenido en su actividad, pero no sonreía, ni siquiera cuando escribía «jajaja» en sus conversaciones, a él se le iba el rato con un entretenimiento que ya le parecía aburrido, entonces pasó un rato y el muchacho bostezo, se acurrucó y quedó profundamente dormido en aquel sofá tan reconfortante y apacible, de pronto, el despertó en el mismo sofá, dentro de su misma casa, muy agitado en su respirar y de pronto una sonrisa muy grande pues todo lo que él había visto en esa tarde se había desvanecido, el era esbelto y la habitación tenía un aspecto sencillo, pero muy agradable, él salió a la calle muy sonriente y preguntó que año era, alguien le contestó, ¡En 1813! y entonces pensó: «- Espero no vivir más de dos siglos, para no tener que aburrirme en el sofá».

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