Postal sin sello
No me dijiste que las calles de Alessandria lloran grises lagos que desbordan a borbotones sus adoquines. No me hablaste del eco por el que cada gota rota susurra incesante la fábula de Gagliaudo. Nunca supe que las grietas mudas de estos muros custodian aún tu primer llanto. Ni de este portón blindado en tiempos...