SÍNDROME
Estocolmo se viste de blanco en el invierno. Su magnífico disfraz de hielo, luce majestuoso e inunda las pupilas. Yo, a resguardo, sufro su encanto. Extasiado contemplo la visión que me tiene atrapado. Nunca imaginé observar un lugar así, mucho menos hacerlo mi morada. Hoy la nieve forma parte del delirio que me hizo parte...