I Concurso de haikus Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja
I Concurso de haikus
Acceso directo a las bases del concurso
31 de julio. Publicación del fallo del jurado
Con esta pandemia que lo rasga todo, vivimos tiempos difíciles en los que es también difícil poner distancia con las emergencias de nuestra realidad más inmediata. A nadie se le ocurre obviar el virus y sus consecuencias en nuestras comunidades. Nosotros mismos propusimos en las primeras semanas del confinamiento un semillero de historias de la cuarentena que en pocos días tendrá una continuación con la que reflexionar todos juntos sobre el momento actual y sus posibilidades. Pero caben también, creemos, ejercicios con los que volver a los otros ámbitos de la vida de los que el covid 19 nos alejó bruscamente con el nuevo orden de prioridades que impuso, concentrarnos de nuevo en lo que nos ocupaba antes de todo esto, o descubrirlo precisamente ahora, conscientes de lo mucho que hemos tenido que dejar fuera en estos meses de alarma. No se nos ocurre para esto una propuesta mejor que el haiku, como poesía vivida, como percepción súbita. Y plantear el concurso no tanto como una competición en busca del mejor poema sino como aprendizaje y puesta en común. Que sirva esta convocatoria para que muchos de nosotros encontremos en la escritura de los haikus una práctica capaz de enriquecernos, al afilar nuestra capacidad para percibir nuestro entorno.
Lo primero: qué es un haiku
Lo básico: El haiku es un poema breve. Consta de 17 sílabas, repartidas en versos de 5, 7 y 5 sílabas, por este mismo orden.
Sin embargo, en la propia tradición japonesa no se acata de un modo estricto este patrón; y el mismo Bashó —padre del género— lo transgrede en numerosas ocasiones.
En cuanto al fondo, el haiku es —en palabras de Bashó— «simplemente, lo que está sucediendo en este lugar, en este momento». En su obra Introducción al budismo zen, M. Antolin y A. Embid hablan del haiku como de «una percepción súbita, un relámpago de intuición». El haiku, escriben, exige concentración, intensidad de visión, sentimiento y elipsis. El haiku pretende actuar como una piedra lanzada en el estanque de la mente de quien escucha o lee. Es poesía vivida, experiencia poética recreada, invitando al lector […] a participar, más que a quedar mudo de emoción, en tanto que el poeta desaparece de la escena.
Como el haiku de Watanabe Hakusen
Anoche cubrí
mis hijos dormidos
y el ruido del mar.
O el de Jorge Guillén
Fútiles cielos
Sin alguna conciencia
Que los abarque.
O el de Jorge Luis Borges
Bocas sin dientes
Ríen la misma risa
abuelo y nieto.Ciudad oculta.
Muchedumbre de sombras
al mediodía.
Cómo se escribe un haiku
La tradición de la poesía zen distingue en el haiku cuatro «momentos», que se corresponden con otras tantas actitudes del artista:
I. SABI, o la tranquila soledad
El sabi tiene lugar cuando el entorno del artista está embebido en una completa soledad, en una paz intensa.
En la rama seca
está posado un grajo.
La tarde de otoño.Con la brisa de la tarde,
de nuevo el agua
lame la pata de la garza.
II. WABI, o el reconocimiento de las cosas normales
Tiene lugar el wabi cuando el poeta se encuentra triste, y en un estado de vacuidad sensitiva. Entonces, las cosas más comunes, más cotidianas, se le hacen patentes en su asombrosa naturalidad.
Desolación del invierno.
En los charcos de lluvia
saltan los gorriones.
III. AWARE, o el eco del pasado
El aware se refiere a una tristeza más honda, a una emoción teñida de nostalgia.
Se va el otoño,
y escondido en la yerba
un arroyuelo.
IV. YUGEN, o la percepción enigmática del sentido de las cosas
Cuando la visión reflejada en el haiku capta un hecho súbito y misterioso que deja tras de sí la estela de un enigma, se produce el estado de espíritu yugen.
Salta la trucha,
nubes cruzan el fondo
de la corriente
Lo que define a un haiku
- Su capacidad sintética. Cómo condensa un estado emocional, un paisaje o una experiencia en tres versos brevísimos.
- El uso de la imagen. En todo momento la vivencia tiene que saltar a los ojos del lector, expresada en imágenes concretas.
- Y, sobre todo, evitar, a toda costa, lo gratuito». En el haiku todas las palabras, todas las imágenes, pagan peaje. Se trata, pues, de seleccionarlas con mucho cuidado, atentos a las relaciones que se establecen entre ellas.
Características del concurso
Cada autor puede subir un máximo de 3 participaciones (con un haiku de un máximo de dos estrofas cada una).
La convocatoria comienza el 18 de mayo y el plazo de admisión de originales abarca hasta el 30 de junio. Las votaciones de los miembros del Club serán del 1 al 19 de julio. El fallo del Jurado se hará público el 31 de julio de 2020.
Para poder acceder a los premios será necesario haber puntuado un mínimo de 20 obras en el periodo de votaciones, del 1 al 19 de julio. El Club es un espacio para ser leído y comentado, pero también para leer y comentar las obras de otros.
El autor no podrá retirar su participación una vez cerrada la convocatoria.
La organización no mantendrá correspondencia sobre las bases del concurso. El participante debe leer detenidamente las bases completas. Puede consultar sus dudas también en Preguntas frecuentes.
Puedes consultar las Condiciones generales de los certámenes del Club de escritura, así como el Pacto ético que involucra la participación.
* Imagen de la portada: Chema Madoz, Untitled, 1993.
RECOMPENSAS Y PREMIOS
Un primer premio a una obra elegida por el jurado
– 200 euros en metálico
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo
Un premio especial al ganador de la votación popular
– videotaller de Jesús Aguado «Cerezos, ciruelos, banianos: Taller de poesía china, india y japonesa»
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo
Un premio especial al mejor lector
– videotaller de Jesús Aguado «Cerezos, ciruelos, banianos: Taller de poesía china, india y japonesa»
A los finalistas elegidos por el jurado
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo
GANADORES:
Primer premio
Silvia Asensio García
En la cascada
van tejiendo las aguas
una cortina.
Haykus finalistas
1
Rubén Marzo Alarcón
Se precipita
por el acantilado
el arcoíris.
2
Antonio Lino
Tantas ventanas
para el mismo paisaje
que nadie ve
3
Ginimar de letras
Entra el otoño
y los árboles tímidos
se ruborizan.
4
Beatriz
Un limón viejo,
cuatro manos de niños
lo despedazan.
5
Burson
En el estiércol
hurga con devoción
la cucaracha.
Los 21 que llegaron al último corte
(Por orden alfabético)
Alejandro Crespo
Por el sendero,
sin mirar hacia atrás,
soltando lastre.
Alma Negra
Tecnología…
¡libertad aparente!
¿era de tontos?
Antonio Libonati
Tarde de estío
Dos niños persiguiendo
un globo azul.
Bruno
Flotan sin prisa
partículas de polvo
luz de la tarde.
Casilda Poe
El sol de invierno
sobre la tapia húmeda
a mediodía.
Cucurbitaceae
Sol de verano.
La sombra de la mantis
caza pulgones.
Delia Checa
Mística noche
salpicada de estrellas,
polen de plata.
Diana Hunter
Viernes de junio.
En el bar de la costa
sigue el silencio.
Fer Santander
Las hojas secas
dejan restos de muerte
en quien las pisa.
Gregorio Vega
Corriendo libre
bautiza mis tobillos
el agua clara.
Isabel Santonja
Las nubes bajas
como si se pudiese
oler el cielo.
John
En las vidrieras,
con sus sonrisas vacuas,
los maniquíes.
Jorge Iltis
Árbol desnudo
El despojo lo cubre
Las nubes bajan.
Lu Ford
Tras el deshielo
la flor de los almendros
pinta ciudades.
Manu Villa
El viento arquea
el chorro de la fuente.
Cae, inmutable.
Pilar Daniel i Gubert
Flores de almendro
que danzan en un aire
pentatonal.
Ramón Buenadicha
Por aquí cinco,
siete más en el centro,
aquí dos menos.
Sebastián Gómez
Desde las tejas
esculpe el empedrado.
Pluc. Otra gota.
Silvia Marteniuk
Desorientadas
Las pisadas distantes
nunca se encuentran.
Verónica Martín Pinillos
Trazos de arena
En la playa desnuda
duerme tu mano.
Wilson Blandón
Tú, generosa
brindas precipitada,
tu vida al mar.
Premio al autor más votado
Ginimar de Letras, por Entra el otoño
Entra el otoño
y los árboles tímidos
se ruborizan.
Premio al mejor lector
Pilar Daniel i Gubert