Cuando nací, mamá murió, un terrible dolor, no supe lo que era el amor de una madre, pero cuando lo conocí, supe que era mi primer amor. Ví su sonrisa, la manera en como me miraba, en sus ojos solo había amor para mi, supe que me cuidaría, que me protegería, supe que ese amor sería para siempre. El siempre me hace reír, pero también me aconseja, me recuerda que no estoy sola, me hace sentir especial, me escucha cuando mi corazón llora a cántaros. Soy una chica enamorada, y eso nadie me lo va a quitar, es muy dulce, pero también es de carácter fuerte, sabe cuando hablarme con firmeza, eso me encanta. A veces llega tan cansado de su trabajo que no quiere saber nada, pero yo ya le tengo preparada su cena favorita: un chocolate caliente con panqueques y lo recibo con un cariñoso abrazo y un te amo, y eso hace que se le olvide completamente de que estaba cansado y su gran frustración. Cuando lo vi por primera vez, me enamoré completamente de él, de esa forma tan tierna de amarme. Me dolía tanto que se fuera que yo lloraba a gritos, y no le quedaba de otra más que llevarme con el.
Mis amigas me han criticado con dureza de que ese amor que siento por el es enfermizo, que no es sano, que voy a acabar muy mal. Yo les digo: Piensen lo que quieran, yo lo amo con todo mi corazón, alma, mente y fuerzas y eso nadie lo va a cambiar, y el también me ama así, incluso mucho más, lo triple de eso.
El es mi mejor amigo, mi paño de lágrimas, mi amor leal. Aquel que me inspira a superarme, a ser más fuerte cada día, a hacerle frente a las dificultades de la vida, que me ha demostrado el amor que toda mujer merece. El es mi héroe. Soy una niña feliz, una mujer feliz.
No quiero perderlo nunca, porque siempre lo voy a amar. A su lado siento que todo lo puedo, es mi gran complemento para soportar los golpes de la vida.
Ese amor es puro, es verdadero, es real, no te defraudará jamás. Siempre estará a mi lado, y yo siempre estaré a su lado, aunque muchas formas de amor yo nunca tuve y ni si quiera se lo que se sienten, el es un amor que supera las fronteras, aunque las circunstancias cambien, siempre hay una manera de hacer que ese amor perdure, aunque en nuestro corazón hagamos espacio para otros proyectos.
Una vez lo encontré sentado, mirando un collar que el me regaló, mi collar favorito. Estaba llorando, lloraba desconsoladamente. Yo llegué y lo abracé tiernamente: ¿Que te pasa?. El me contestó: Algún día tendrás que partir, y te perderé, perderé a mi gran amor, creí que sería fuerte cuando llegue el momento, pero el tan sólo pensarlo, ya me siento destrozado.
Me sentí desolada cuando me dijo eso, pero era verdad, algún día tendré que partir. Yo le dije:
“No tienes que preocuparte por eso, yo te amo, yo por siempre te amare. Tal vez encuentre a un hombre al que le entregue mi corazón y pase el resto de mi vida con el, tal vez tenga un hijo varón el cual será mi gran amor y le daré todo mi cariño. Pero eso no tiene por qué dividirnos. Este amor es para siempre, no porque encuentre al amor de mi vida, significa que dejare de amarte, nuestras circunstancias cambiarán, nuestra forma de tratarnos cambiará, pero mi amor por ti seguirá siempre allí, en mi corazón, nadie te lo va a quitar”.
Este amor es maravilloso, porque gracias a él, el vacío de que no tuviera mamá pudo llenarse por completo.
Les presento a mi primer amor, a mi amor eterno, a aquel que me da todo para ser feliz de verdad:
Es mi padre
Te amo papá
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