Se va a ir, pero se va a ir muy feliz.

Se va a ir añorando sus tiempos pasados, esos que la hacían tan feliz , cuando sus diez hermanos y ellas se divertían en el largo patio trasero de su casa, la que tanto extraña, se va añorando sus paseos en los ríos, donde comían y se lanzaban al agua para quitarse de encima el calor sofocante. se va dejando mas recuerdos que olvidos. creo una historia de la que nunca nadie podrá quitar de la memoria de su amados y a aquel que quisiera escuchar.

Ella amo su familia, tanto que no quiso conformar la propia porque ya tenia a una, crió a todos los niños que fueron puestos en su lecho y los amo como nadie hubiera podido hacerlo, les enseño, los cuido y les dio vida. Ella bailo como loca en su juventud y se metió en la casa de sus amigos para hacer travesuras de niñas que soñaban con enamorarse y quiza casarse, pero esa ultima idea siempre la aterraría, se enamoro mas no pudo casarse, se enamoro de un francés, de un militar y de un bogotano que la dejo exhausta de celos y jamás volvió a a hablarle. Vivió junto al mar, ese que tanto extraña también, esos paisajes de Cartagena, lleno de tardes soleados, un mar tranquilo y caliente y de respirar la historia por sus calles.

¿Que si trabajo? pues claro que si, toda su vida amo y cuido a su familia hasta el punto de empezar a olvidar y tratar de evocar su vida de la juventud y entreteniéndome con sus historias, las que te cuento, esa sonrisa picara con las que las que las contaba denota su felicidad y su amor por la vida, le gusta verse bonita y a menudo se pone vestidos de mil colores y de miles de plumas que la acompañan junto a ritmos de jazz y una buena cumbia colombiana.

La abuelita bonita, la linda y llena de alegria, Blanquita.

La imagen es el lugar de sus miles historias, de su refuigo.

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