Él me levantó cuando me vio caer. Estaba tumbado, sin poder moverme, una mesa de mármol a la mitad y un niño llorando. Acusaciones de los médicos cuando llegamos a urgencias. Preguntas del tipo interrogatorio del FBI. Él no había hecho nada, solo un niño travieso y un poco revoltoso. ¿Qué quería llamar la atención? Ese niño no se acuerda del momento, la memoria de su niñez es escasa. Ahora ese niño ha crecido, y tiene su forma de pensar. Todo lo que vio a su padre luchar por él, ahora ya ni le mira. Ya no tengo nada más que declarar. Mi pregunta es si quedarme con lo bueno, o dejar que lo malo eche por la borda todas esas cosas.

Lo que he aprendido de verdad, que sí, que todos tenemos errores, que todos fallamos alguna vez. Por eso mismo no quiero que me falles más, no te extrañe si ya no te hablo.

Me cuesta mucho sonreír hoy en día, por esa persona que me falta. Busco una mirada que reconforte el vacío que me dejaste. Va por ti, no me interesa que sepan quien eras, trabajador como el que más, luchador por sacar una familia adelante, pero las lágrimas de felicidad que tengo me las da mi madre.

Tu nombre ya lo he olvidado, solo queda una chispa que no aviva. Mis nudillos rotos, mi sangre brota, todas tus penitencias están rotas.

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