Por motivos de alcohol mi familia cambio conmigo, no me considero una persona alcohólica, y al indicar familia, me refiero a una tía específicamente, quien desde mi perspectiva al ser la mayor de mis tíos, es muy estricta, incluso en muchas ocasiones la actitud que tiene te hace pensar que ella tuviera la sangre diferente a la de mis tíos y mis abuelos.
No odio a mi tía, yo la quiero mucho, al punto de estar muy agradecido por que me enseñaron ciertas normas de educación y etiqueta, que posteriormente cuando crecí me sirvieron de mucho, cuando tuve que socializar con otras personas; tanto era el cariño que le pedí que fuera mi madrina de primera comunión.
Con el paso del tiempo, con el crecimiento y la madurez, vas entendiendo varios temas que de niño ignorabas, en ocasiones vi triste a mi madre por palabras que le había dicho mi tía, quizás en esos momentos la imagen que tenía de mi tía fueron cambiando.
Mis padres vivían con las justas económicamente, pero nunca nos falto nada, sin embargo por la preocupación, mi tía aconsejaba a mis padres, pero luego empezó a tener algún tipo de autoridad en contra de mis padres, se preocupaba más por los problemas de mis padres, que por sus propios problemas, sin darme cuenta se iba enclaustrando en mi pensamiento ciertas palabras de reclamo.
Mis padres siempre fueron buenos, a pesar de haber escuchado muchas palabras duras, siempre perdonaron a pesar del dolor o mal momento que pasaron, en ocasiones hubiese querido poder limpiar mi corazón tal como mis padres, pero el estudio del comportamiento humano es tan extenso, y en este caso al ver llover sobre las mejillas de mi madre no pude olvidar el trato que algunas personas tuvieron con ellos.
En el matrimonio de un primo nos reunimos toda mi familia, menos mis padres que se encontraban fuera del país visitando a mi hermano, todo estaba muy bien, disfrute mucho del evento, pero me excedí en las copas de whisky, dejando mis sentido propio y de coherencia totalmente desconectados, momento en el cual sin ser mal educado me comentaron que le había reclamado varias cosas a mi tía.
Gran error el que cometí , no por reclamar sino por haberlo hecho bajo el estado del alcohol; como era de suponerse, mi tía al ser la que siempre esta al frente, pensando que tiene la autoridad para inmiscuirse en la vida del resto; lo que le había dicho tomo como ofensa, me hizo quedar muy mal, poniendo a gran parte de mis primos y tíos en contra mía, todo por intentar decirle que: “ deje de ver la pajilla del ojo ajeno, sin antes ver la viga que tiene en su ojo “.
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