Ella fue una raíz fuerte familiar, era una mujer de un dulce caminar y de un hermoso actuar, el tiempo le rindió para tener diez hijos a quienes crió con mucha humildad y pasión, aparte de los diez de sus extrañas, se enamoró de la humanidad, todo quien no tuviera donde vivir, quién le amará y le cuidara, ella tenía la entera disposición, fue así como se dedico a trabajar con bienestar familiar, en una guardería, la seño la llamaban,

Era una mujer elegante, hermosa, dotada de una belleza esplendorosa, irradiaba limpieza y orden por donde pasaba, una mujer de madrugar constantemente por que mujer que se respete a las siete de la mañana ya debe estar maquillada y organizada, «así decía».

Era un ser implacable de tacones fuerte y de un firme caminar, mientras podía se dio el lujo de sentarse a comer, a dormir, a disfrutar la vista de la naturaleza día a día, mientras sus hijas hacían los quehaceres del hogar. Ella sí sabía para que había traído muchachitas a este mundo, cada una tenía un quehacer exclusivo en este hogar. La una era para los mandados a la tienda, la otra para cocinar, la otra para barrer y todas para lavar, cestos de ropas de toda la familia, las mujeres debían desplazar a un viejo pozo retirado del hogar y debían hacerlo de la mejor manera porque en esta casa no se permitía la mediocridad, la ropa debía quedar bien limpia, bien doblada y bien planchada, porque si no, la seño les pegaba fuertemente, como lo que era, una mujer de armas tomar.

Qué otra cosa se podría esperar de una mujer sola que se la luchó por sacar buenos ciudadanos, una lucha interna y una lucha externa con una sociedad, que muchas veces discrimina el hecho de ser madre soltera, todos los pretendientes tanto de los hombres como de las mujeres, pasaban por la mirada analítica de la seño, de allí salían los apodos y las risas, ella con cualquier cosa se divertía.

pero el tiempo pasó, y con él se fue yendo todo ese vigor, crió hijos, nietos, sobrinos, conocidos, entre los cuales como había agradecidos, también los había desagradecidos.

El tiempo se encargó de llevarse la frescura de su ser, la ternura de su amor, el ego de esa juventud que en el momento de tenerla se piensa que nunca se irá, que se es un ser eterno.

La seño vivía en una casa humilde, siempre permanecía llena de gente, corriendo, otros trabajando, otros visitando. La casa era de madera, y por momentos aparecían las goteras, las tablas para caerse. Un atrio lleno de velas, porque entre todo, la seño era muy católica, amaba su pequeño terruño, su pedacito de cielo, para ella era el mejor palacio que podría existir, ya sus hijos cada uno en su hogar con su familia de paso le visitaban, lo curioso era que por momento se mostraba como que tuvieran problemas visuales, solo dos de diez se preocupaban por los daños de la vieja casa, de ayudarle a remendar, a mantenerse adecuada para ese ser tan maravilloso quien les había dado vida y educación formal

cuando se hacían las actividades familiares en casa de la seño, ella disfruta cada instante, cada segundo, por que para ella lo más importante era el estar, el existir el disfrutar. Con su ejemplo demostraba que lo importante era darse enteramente, era ese cuidado de sí mismo, no era amante de las cosas materiales, mientras los demás se preocupaban por construir castillos, en la tierra, ella construía castillos para la eternidad. se hacía inmortal por su actuar. » no tuvo que plantar un árbol, para serlo, solo tuvo que ser ella desde su esencia y su naturaleza.

todas las navidades ella reunía a toda su familia cercana, que en ese entonces eran sus hijos, Jhonny y su hijo, Carlos y sus tres hijos y esposa, Camila y sus cuatro hijos y esposo, carlina y sus seis hijos y esposo, y ni qué decir de los sobrinos y vecinos que arribaban al hogar solo por la bendición de la seño.

Durante muchos años la seño repetía las mismas palabras en esta época de la navidad, a la misma fecha y a la misma hora , el 31 de diciembre desde las 11 de la noche hasta que sonaban las campanas o la música que indicaba faltan cinco para las doce. mientras echaba la bendición decía… » vivan como hermanos, no peleen, cuidense, hijos ayuden a su padres, hagan caso, permanezcan unidos, esta es la última bendición que les voy a hechar, por que yo me voy a morir» en esta tónica pasaron muchos años y los oyentes solo se reían porque alla tras año según sus palabras ella moría, pero aún existía.

fue un 15 de octubre cuando la seño decidió irse de paseo a la ciudad de Medellín, Colombia se puso su mejor traje, un rojo vivo que le hacía brillar como la mujer de 73 años mas hermosa del planeta tierra, al llegar al aeropuerto, se sienta en una de las sillas de la sala de espera cruza sus piernas, levanta su mirada firmemente y dice a su nieta quien le acompañaba, tomame una foto, por que esta es la foto que quiero que pongan en sus casas cuando yo muera, el tiempo pasó y al primero de noviembre se encuentra a la seño en un sueño profundo, del cual jamás despertó, fue implacable hasta en su morir, dejó a su familia, sus vecinos con una tristeza profunda, pero con unos legados que le mantienen viva a través de el tiempo.

hoy en día su familia se reúnen todos los años, comparten, se entregan en esencia y los 31 de diciembre a las once hasta que suenan las campana, o el disco que indican faltan cinco para las doce, hacen una oración familiar, en donde recuerdan palabras claves, se abrazan y se besan, como reflejo que tuvieron una raíz fuerte familiar.

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