El gran dia habia llegado al fin,no entendía qué pasaba…y la verdas no me importaba.Tenía puesto el vestido de margaritas que me hecho mi madrina y lo demás no significaba nada.Mis hermanos y padres estaban vestidos con lo mejor,esa ropa que solo usaban para ir a Esquel,por eso comprendí que ese dia era importante.Mis hermanos estaban alegres,nos gustaba el bullicio.Shili era tímida y arisca,casi siempre estaba en un rincón encorvada,tratando de ocultar los senos que crecían,Dani muy sociable y yo vivía en mi mundo mágico pero ese dia solo estaba fascinada por mi imagen que reflejaban los cristales de las ventanas.Cuando el sol se fue yendo dejando solo las sombras, mi imagen también se diluyó y me concentre en los invitados que llegaban.Los más llamativos eran dos hombres,uno alto y flaco con vestido largo negro hasta los pies , un libro también negro entre sus inquietas manos y con un hablar confuso,le decían padre Marcelo. Hablaba un italiano con algunas palabras con una acentuación extraña en castellano,inmediatamente fue rodeado por la mayoría de los invitados que fingían entenderle con afirmaciones de cabeza y más «si»,de lo que se usaría en cualquier conversación…

Y luego impuso su presencia,Don Aire el fotógrafo,con traje blanco y finísimas rayas grises e impecables zapatos acordonados modelo Tribilin blancos puntera y talonera marrón corbata colorinche y su pelo abortado rebelde y cano…sostenida por dos fuertes correas de cuero del cuello, colgando sobre el pecho una inmensa cámara de fotos y un gran rectángulo de cristal,la última tecnología del momento el flash.Supe que este señor era importante…porque apenas llegó,organizó a la gente,algunos sentados otros parados y todos con una sonrisa tonta mirándolo y congeladas…Obedecían todas sus órdenes.

-¡¡¡ MIREN EL PAJARITO!!!,¡¡¡QUIETOS!!!,¡¡¡NO SE MUEVAN!!!,¡¡¡SONRÍAN!!!

«Miren el pajarito,eso me llamó mucho la atención, era la tarde y los pajaritos se duermen temprano y yo si que sabia,porque mi infancia solitaria de niña campesina,tenía muy bien sabido que los pajaritos ya estaban durmiendo en su nido. Mientras,él, daba orden llegue a la conclusión que lo de la cabeza no era pelo, era un nido y seguro ahi tenia un pájaro amaestrado que hipnotizaba a la gente,que quedaban duras como estatua y ahí aprovechaba disparar el flash, un fogonazo blanco que los dejaba ciego por unos segundos largos y cuando comenzaba a recuperarse los hacía sentar alrededor de la mesa…¡¡¡ quietos,sonrían y flash!!!,y todos ciegos otra vez…

Todos formados como equipos de fútbol,cerca de fuego donde se cocinaba el cordero y el lechón al asador .¡¡¡ quietos,sonrían y flash!!!,y todos ciegos otra vez…buscando siempre el ángulo perfecto ya que Don Aire no era solo un fotografo …era el artista de la fotografía y el único fotógrafo de Esquel y Trevelin. Entre cuadro y cuadro fotográfico,Don Aire bebía comía y bebía copiosamente pizzitas albondiguitas todo pequeñito que había preparado mi madrina,el aire de montaña da hambre principalmente a los que no son del campo …

El padre Marcelo sin soltar nunca su libro,declaró estar listo para ala ceremonia del bautismo,creo que todos los rodeamos por curiosidad,porque movía las manos como un agente de tránsito enloquecido y decía palabras que solo, él, comprendía…

Y allí mismo cerca del fuego y alumbrados por faroles a querosene en una batalla desigual con la noche,custodiados por nuestro respectivos padrinos y madrinas,mis hermanos y yo fuimos bautizados en italiano.Primero Dani por ser mayor y varón luego Shili con varias interrupciones de Don Aire su pájaro amaestrado y su máquina de la ceguera,para dejar registrado «el momento de nuestras vidas».

La Pampeana y su esposo me tomaron de las manos y me llevaron al centro de esa ronda religiosa,pusieron sus manos en mi nuca tirando hacia atrás…tuve miedo…

A Don Aire le encantó esta imagen y pidió al padre Marcelo que dejara caer el agua bendita sobre mi frente cuando lo indicará y lo con suficiente lentitud para la fotografía,lo recuerdo porque fue un momento eterno en que pude contar varias estrellas,hasta que el chorro cayó formando escarlatitas en mi flequillo,era agua bendita de deshielo y antes que pudiera reaccionar vino otro chorro,mire a mi alrededor buscando ayuda,entonces… Don Aire disparó su flash que alumbró hasta el viejo sauce cerca del asador y su mirada azul se cruzó con la mía , por un segundo vi su rostro moreno y su flequillo cayendo sobre su frente solo un segundo, sus ojos agrandados ,quizás por el espectaculo que estaba presenciando.El padre Marcelo tardó en recuperar la visión los supe porque el tercer choro lo sentí apenas rozando en la oreja y al fin la pesadilla terminó me devolvieron la libertad.

Camine en la oscuridad,hasta el viejo sauce concentrandome en las puntas de los pies,para no caer y me encontré con el misterioso niños de ojos azules,hijo del asador… me sonrió ,con su sonrisa como la mía llena de ventanillas,me tomo de la mano y no nos separamos en toda la fiesta compartimos el asado y el mismo vaso de jugo,posamos para Don Aire con las rodillas pegadas y mi pelo rojo montándose en su cabeza mi mano muy blanca en la suya morena,todavía hoy puedo sentir la luz blanca del flash traspaso nuestros pequeños cuerpos flacos,creo que esta imagen quedó grabada no solo en la memoria,es una imagen vívida que habita en mí , el tiempo y la vida no a podido borrar .Una imagen,solo en nuestras almas.

En cuanto a las demás fotos,de cada uno de los que posaron en mi bautismo,tendrán su única versión de las imágenes,en blanco y negro y el tiempo diluyéndolas en sepia,fotos etéreas en el álbum de los recuerdos que se perderá con la vida que se termine.Fotos que nunca existieron en la realidad,

Don Aire era un artista de la fotografía,dedicado pero distraído y el día del bautismo,asistió con una cámara poderosa en flash y vacía de película.


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