Sin duda alguna he tenido la inmensa fortuna de haber recorrido mundo y conocer tantos lugares como mi imaginación, los tiempos y mis posibilidades me lo han ido permitiendo. Amo viajar, estoy convencida de que es la forma más hermosa de crecer, aprender y comprender la vida misma, de dónde venimos, de qué estamos hechos y hacia dónde vamos. Miles de lugares, países, ciudades, pueblos, villas y castillos, entre paisajes, cascadas, nieve, sol, frío, mar, arena y vientos estremecedores nos recuerdan lo grande que somos como humanos y lo pequeños que somos ante la magnificiencia de la propia naturaleza, la cual no tiene límites, ni fin, ofreciéndo espectaculares sensaciones y experiencias, costumbres, colores, climas, sabores, texturas que nos mantienen inmersos en una truculenta y excitante rueda de la fortuna, un subibaja de emociones, admirar la grandeza, respirar la libertad, pensar la inmensidad, sentir la felicidad, que sólo se siente cuando puedes deleitarte con todos los sentidos al estar parado enfrente de algo nuevo, desconocido, que ahora te abraza y te seduce con todos los sentidos a flor de piel, tus ojos que te enseñan maravillas, tu olfato que te presenta nuevos aromas, tus manos que se sienten tocar el cielo, tus oídos que te regalan nueva música que nace de los sonidos de la calle, el silencio de lugares místicos y profundos y los excéntricos y deliciosos sabores que se van entre tejiendo entre las cucharas y las cazuelas de cada rincón del planeta. Muchos lugares, bendito sea Dios he conocido, cinco continentes, muchos países y multiplicadas ciudades, pueblos mágicos y recónditos rincones por todo el mundo. Nosé si he viajado mucho, o tal vez poco o nada comparado con alguien o con aquel, lo que sí se, es que he viajado lo suficiente, América, Africa, Asia, Europa y Oceanía, de Norte a Sur, de Este a Oeste, pasando por Canadá, USA, mi México lindo y querido, hasta Chile después de Brasil, Argentina y Uruguay, cruzando los mares hasta llegar al centro de España, Francia, Suiza, Alemania, Portugal, sin poder elegir que me gusta más, Escocia e Irlanda o los países nórdicos, o los del este, o mejor llegar a Egipto y cruzar el Nilo o regresarme e irme directo a Rusia o mejor aún China, Singapur, Japón, Hong Kong o Tailandia, o dejar al último, dicen lo mejor, Australia y Nueva Zelanda, ¿cuántos países?, ¿cuántos lugares?, ¡maravillosos!, ¡magnificos!, ¡excepcionales!, ¡grandiosos!, lugares que te roban el corazón, te cortan el aliento y te arrancan profundos suspiros…
Ni todo lo que amo viajar, me apasiona trotar mundos, me ilusiona conocer cada rinconcito y lo mucho que lo disfruto, lo anhelo y lo extraño, se puede comparar con «el mejor viaje de toda mi vida», a lo más deseado también «en toda mi vida», además de viajar, que segura estoy, es mi motivación más grande después de ¡mi hermosísima familia!, no hay lugar más especial para mi que estar con ellos, no hay experiencia más enriquecedora que recorrer la vida con ellos, ha sido el viaje ¡más sorprendente de mi vida!, a pesar de no ser ninguna chiquilla cuando me casé, con 33 años y una familia grande que me enseñó de abuelos, tíos y primos, fue para mi el ser esposa y mamá el descubrimiento más grande de mi misma, ni los viajes por el mundo, ni mi supuesta experiencia y madurez me advirtieron sobre ese maravilloso viaje al centro de mi misma, entonces me di cuenta, que no sabía quién era en plenitud hasta que Dios me concedió el más grande regalo de la vida: ¡Ser Mamá!. Ahora cuento los segundos, los minutos y las horas, para que la vida nos permita recorrer mundo juntos, sueño con viajar el mundo entero con toda mi familia, ir y venir por todo lugar, cercano y lejano, divertido y sereno, poder disfrutar juntos de lugares mágicos, diferentes, fríos, calientes, áridos y acuáticos, históricos y pintorescos, en las alturas y en los valles. A su corta edad, nuestros hijos hablan del mundo como ciudadanos multiculturales, creen ir a Paris y Londres tan fácil y sencillo como a Chapala y Tapalpa, viviendo ahora en Guadalajara, venimos de 8 años en San Diego, California y mi esposo 20, ahora somos parte de ese grupo de personas que son de aquí y de allá, pueden ir de un idioma al otro como si fuera uno mismo, cada cual como se debe de hablar, con la experiencia a flor de piel de lo que se vive en un país y lo que se vive en otro. Antes pensaba que era ciudadana del mundo, me consideraba capaz de vivir aquí y acullá, ahora después de 8 años fuera de mi país, puedo reconocer dos cosas: la primera, que cada quién tiene su raíz donde nació y la segunda, que nuestro tronco se robustece cuando cambia de tierra, entonces cuando viajamos nuestras ramas crecen, nuestras hojas se multiplican y nuestros frutos son los ¡más hermosos del mundo entero, nuestros hijos! quienes conjuntan la historia de Roma y la modernidad de Japón, los sabores de Francia y los olores de Argentina, la magnificiencia de Moscú y la elegancia de Melbourne, la serenidad de Escocia y los colores de México, ¡la mezcla exquisita de la vida!. Antes de ser Mamá mi más grande pasión era viajar, hoy mi más grande ilusión es viajar con mi familia, estoy segura, sin duda alguna, ¡que serán los mejores viajes de mi vida!
Arrivederchi
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