Para quien no nos conozca, somos un matrimonio que nos casamos mayores en el año 1986. Dado nuestra edad, no tuvimos hijos y la jubilación nos ha llegado bastante pronto. El tema adopción se nos escapaba de las manos y pensamos en apadrinar unos niños. Y así lo hicimos: una pareja de hermanos de Bolivia, en el año 1994. Estaban en un Hogar de acogida en Itocta, una pequeña localidad de Cochabamba. Comenzamos una relación por escrito con ellos y el año 1997

programamos un viaje de vacaciones a Argentina y ¿de paso? una semana en Cochabamba para conocerlos. Este fue nuestro primer contacto físico con esta ciudad.

Entre los muchos bolivianos que fueron llegando a España se formó una pareja que se conocieron en nuestra casa y su relación llegó al punto de querer unir sus vidas. La boda se iba a celebrar en Bolivia y nos nombraron padrinos lo cual motivó un nuevo viaje a Cochabamba. Corría el mes de diciembre de 2006.

Y a partir de aquí termina el preámbulo y comienza la verdadera historia de nuestro viaje.

Desde nuestro primer contacto con este bello país alternamos con las personas que venían a España buscando nuevos horizontes y se fue introduciendo en nuestros corazones de tal manera que afirmábamos sin dudarlo que somos españoles pero nuestro corazón es boliviano.

Cuando nuestros ahijados se hicieron mayores, apadrinamos a tres nuevas niñas y el deseo de conocerlas hizo que nos empezáramos a plantear la posibilidad de hacer un viaje allá. Y comenzamos a madurar la idea. Había que contemplar muchos puntos, entre ellos el importe del viaje y desde la Navidad de 2014 fuimos planificando.

Comenzamos a buscar a través de la agencia de viajes y en el mes de junio de 2015, conseguimos un precio más que aceptable y compramos los billetes. La duración de la estancia como turistas no podía exceder los tres meses y ese fue el tiempo que nos marcamos para gozar de las niñas, del Hogar y de esa ciudad que tanto nos atrae.

Nuestro viaje dio comienzo el día 21 de Noviembre para llegar allá el día 22 después de hacer escalas en Lima y Santa Cruz. Ese día con nuestras maletas no demasiado llenas de cosas pero repletas de ilusiones y buenos propósitos nos encaminamos al aeropuerto de la mano de nuestros queridos amigos bolivianos hasta que emprendemos el recorrido en la terminal T4S del aeropuerto de Madrid para llegar al avión. Durante el largo viaje hasta Lima mantenemos conversación con una señora profesora de inglés jubilada y un boliviano que lleva varios años en Águilas (Murcia) con el que compartimos las 5 horas de escala en Lima.

En Santa Cruz nueva `parada en el aeropuerto. Hemos de recoger las maletas que llegan algo rotas y tenemos la impresión de que las han abierto aunque no echamos en falta nada. La espera se nos hace más corta pues recibimos la visita de amigos que estuvieron en España unos años y estuvimos recordando otros tiempos y enterándonos de su situación ahora en Bolivia. Afortunadamente nos cuentan que les va bien y que su experiencia en España a la larga ha resultado positiva.

Hasta ahora hemos viajado en LAN pero el vuelo a Cochabamba es en la línea boliviana BOA con una duración de 45 minutos. Nos recibe una familia que conocemos hace muchos años ya que han venido a España por distintas circunstancias y con los que mantenemos una relación prácticamente de hermanos.

Nos llevan a nuestra residencia en el Hogar donde residen nuestras ahijadas
que después de una efusiva recepción, nos llevan a nuestra habitación. Deshacemos las maletas y caemos en la cama como cestos después de un viaje que ha durado casi veinticuatro horas.

A nuestro regreso (hemos viajado mi esposo y yo), estoy todavía entre allá y acá y cada día me vienen ideas, experiencias y cosas que han pasado en tres meses y que sobre la marcha no se asimilan. Para empezar nunca había hecho un viaje tan largo ni estado fuera de mi casa tres meses. Durante mi estancia escribí una especie de diario que me sirve para revivir muchas cosas y evocar algunas que no están escritas.

En el tiempo que hemos estado allá hemos tenido la oportunidad de conocer como es la vida de las niñas casi todo el año porque en este periodo asistimos al fin de curso, al periodo de las vacaciones, a las celebraciones propias de Navidad, Fin de Año, Reyes, inicio del nuevo curso y Carnaval que allí se celebra de una manera muy peculiar.

Hemos experimentado como es la vida en un país tan lejano y distinto al nuestro, y nosotros podemos afirmar sin equivocarnos que no es mejor ni peor sino diferente.

Hemos tenido ocasión de ver los diferentes aspectos de la vida de los habitantes de esa ciudad que nos tiene enamorados. Hemos convivido con niñas acogidas en un Hogar por problemas. en algunos casos incluso. ausencia de familia, pero también con personas maravillosas que habiendo pasado por nuestro país, incluso por nuestra casa, nos han hecho ver y disfrutar de buenos restaurantes, lugares increíblemente preciosos como el “Lago del Eden” en La Angostura, una zona turística que no tiene nada que envidiar a los más pintorescos lugares del mundo. Visitamos Villa Tunari, una ciudad situada en la selva amazónica del “Chapare”, un parque deportivo en Cliza, nada envidiable a cualquiera de los nuestros, un cine con película en 3 dimensiones recién estrenada y pateamos la ciudad que tiene dos zonas bien definidas: zona sur o de gente muy trabajadora donde está situada la Cancha, especie de mercado muy peculiar ya que no solo dispone de los puestos fijos sino de puestos ambulantes donde ses venden toda clase productos de alimentación y zona norte donde vive la gente de clase media y alta.

Después de tres meses dimos por finalizado nuestro viaje. Una experiencia única de la que regresamos llenos de recuerdos, emociones y sentimientos que nunca podremos olvidar.

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