EL MENDRUGO
Estaba envuelto en un arrugado papel de estraza y reposaba en el fondo mugriento de un hatillo ajado que dejaba asomar por su raída tela un sinfín de miserables pertenencias. De olores, ni hablemos. Una mezcolanza de agrios lácteos (queso viejo émulo de un añejo Cabrales, yogur griego caducado ya al embarcar) a la que...