Historias del pan 2 II concurso de microrrelatos. Revista PAN, Talleres de escritura creativa Fuentetaja

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Historias del pan 2

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La escultura de pan 

Ruben Landi

16/06/2024

Desde muy niño, había notado que cada vez que traían el pan a la mesa, las personas parecían hallar la felicidad. Así como se ve, mis abuelos, mis padres y hermanos entraban en lo que para mí era una especie de trance, porque hablaban como cantando, sus voces se traducían en notas musicales, y mientras...

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8

75

Semillas trigo y panes Dorados. 

marusa

19/07/2024

Entre el poco tacto de mis manos de campo, tome un gran puñado de semillas de trigo, en ese aspecto fino y peculiar, hay mucha historia como tiempo, llenas de vida y relucientes las voy sembrando para que germinen en esta tierra basta y trabajada Su tallo débil y verdoso crece imparable y delicioso, cuando...

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4

75

Los panes de esa noche. 

SHIMITRIDOZZ

04/07/2024

Esto no es mas que un chismecito que les voy a contar, le escuché decir a mi abuela tipo una de la tarde, fue a lo lejos, a decir verdad, tenía demasiado calor y un tremendo dolor de estómago, de verdad que me llamo la atención pues mi abuela no es de las que anda...

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7

75

CON LAS MANOS EN LA MASA 

NOEMI BENGOA

28/07/2024

CON LAS MANOS EN LA MASA Fue por pan, pero la panadería de doña Irene, era un caos; su hijo Abel que era muy joven estaba todo untado de harina, amasando con mucha dificultad el pan, que estaba muy retrasado. Doña Irene se justificaba con sus clientes que su vecina se había marchado con su panadero, porque quería un hombre que la amase, por lo cual su hijo inexperto, estaba tomando su puesto. Para no esperar, Cándida se arremangó las mangas de su blusa, y se puso a ayudar a Abel. Iban mesclando harina, levadura, sal y agua. Golpearon la masa con todas sus fuerzas hasta quedar sin aliento y cuando esta ganó elasticidad, trabajaron formando una bola, y luego la aplastaban dándole forma. En ese proceso de arrancar la masa él jaló la mano de ella, y se entrelazaron sus dedos unidos con la masa, se miraron a los ojos. Se horneó el pan e Irene pudo ofrecer su agradable y hermoso pan, más suave que nunca. Cándida quedó muy impresionada. - ¡Qué curioso, cuanto más se golpea, más suave se pone la masa! A partir de entonces, Cándida, se daba sus escapadas para ayudar a amasar y ganarse sus propinas de doña Irene, ya que sus padres no veían con buenos ojos este oficio. - ¿No puedes aspirar a algo mejor que hacer pan?, le habían expresado. Cándida de niña jugaba a la panadería, amasaba tierra con agua y horneaba en una olla vieja hecha de barro cocido, puesta de costado. Sus compañeras, la miraban con desdén, tendrá feas manos, cuchicheaban, pero ahora tenía la oportunidad de amasar de veras el pan. Cierto día, al llegar al horno, encontró a Abel sentado. Cándida sin más le preguntó. - ¿Qué le había sucedido?, Él le mostró, la pantorrilla, había salido a vender pan porque no le gustaba amasar y un perro le había plantado los caninos. Le pidió que le sacara a caminar pues toda la semana estaba sentado. Ella asintió y salieron a la calle. Abel se apoyó, la abrazó, ella quedó cogida pero no dijo nada, pues pensó que era la forma de apoyarse. Más sorprendida quedó, cuando una joven apareció ante ellos e increpó a Abel. ¡Así te quería coger “con las manos en la masa”!. Antes que fuera agredida por la furiosa muchacha, Cándida escapó, dejando caer al mordisqueado, quien alegaba que no era como creía. Días después Abel la encontró a la salida del colegio, explicando que ella había llenado su corazón, más lo otro solo había sido una ilusión pasajera. Cándida estaba clara con sus sentimientos, no era momento para una relación amorosa, con la amistad era suficiente. Ella buscaba ser útil y no ser carga, que tan solo lo lograría con trabajo, aclaró que seguiría yendo a la panadería por esa razón y no por otro interés. Así lo hizo, hasta que una tarde la madre de Cándida llegó a la panadería cuando la joven estaba en toda su jornada, iracunda le gritó, _ ¡Te encontré con las manos en la masa! - Mamá, comerás el pan con el sudor de tu frente el mismo Dios lo ordenó, y eso hago. La matrona respondió, - ¡lo prefiero con mantequilla, no con sudor! ¡guácala! La joven salió corriendo muy avergonzada y no regresó más. Solo supo que Abel había marchado a la capital para estudiar en una gran universidad, ella sentía su fracaso por no hornear y cada vez que pasaba el cartero, su ensueño era recibir noticia de Abel; más quedaba desencantada. Pasó el tiempo, los días del pan suave quedaron en el olvido, a más que doña Irene partió a amasar el pan Divino. Alguien le dio el dato que en cierto mercado vendían un pan muy suave. Así que Cándida estaba ahí, buscando con la mirada divisó un panadero con una gran canasta, se acercó y tomó una pieza de pan para probarlo, era realmente suave como las caricias, lo deleitó, más cuando se disponía a pagar, el panadero desapareció. _Me cogiste “con las manos en la masa”, decía la carta que le llegó a Cándida. _Soy Abel me escondí de vergüenza, no concluí los estudios y retomé la panadería de mi madre. Ahora soy un panadero mediocre…a pocos le gusta mi pan, prefieren el pan picante, pan erótico, pan romántico y le refería, como le había extrañado todo ese tiempo que ella era su novia eterna… Ella respondió. -El pan y el amor son semejantes he aquí la receta para sacar el mejor pan. Ingredientes: 1 kilo de decisión. ½ kilo de sinceridad. ¼ de kilo de paciencia. un litro de trabajo. una pisca de sacrificio. 100 gramos de fe. Coloca en un bol el kilo de decisión para determinar si tu pan nutrirá o solo engordará, es decir si vas a escoger amar o jugar con los sentimientos. Mescla con la sinceridad, a fin de reconocer tu capacidad para sacar un buen pan. Es decir ¿amas de verdad?, o recurres a palabras vacías, sutiles para lograr lo que enfermará. Poco a poco añade paciencia, pues todo lo que se hace con aguante tiene un comienzo y un final feliz, y habrás logrado superar el fracaso. Afirma la masa con el litro de trabajo, pues cuanto más esfuerzo, sin mirar quien da más o quien menos, darás de comer a muchos, porque ya no son dos sino uno. La masa solo es una, aunque salgan muchos panes, y cuanto más se tolera más se valora, pues el amor es sufrido por lo cual la pisca de sacrificio leudará y elevará el amor a la altura de la inmolación. El verdadero amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Con esa fe de sacar el mejor pan, confía que serás feliz cuando todos estos ingredientes se mezclen totalmente. No pensando en ti mismo, sino en los demás, por que el pan siempre será pan y el amor nunca dejará de serlo.

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11

75

Pan delicioso, pan hermoso 

Pan delicioso, pan hermoso, que con su bella textura me arrastra al paraíso de su belleza. Una vez fui al supermercado, pero el pan estaba muy caro. Sus migas tiernas como la miel hacían que mi boca se llenase de agua. Agua bendita, con la que todos se irritan. Se irritan de amor y de...

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5

75

SOY ARTE SOY EL PAN 

jimmy manganiello

17/06/2024

Nací como una papilla de cereales semillas y agua, olvidado bajo el inclemente sol por un hombre olvidadizo y al pasar el rato me convertí en una torta seca y granulada, era la época neolítica. Desde entonces fui degustado bajo esa textura seca y aquel hombre neolítico me apreció y me consideró un alimento eso creo. ...

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9

74

La Primera Cena 

ETRESTLES

18/06/2024

En un lugar de Grecia, unos panificadores comenzaban a sentarse lejos de los dioses crueles, de aquellos dioses que reniegan de sus hijos que eran engendrados por cruelísima y castísima reconversión al osar hospedarse en el Olimpo como huéspedes de La Primera Cena. Al contrario de sentarse en mesa de gratuidad de muy preciado elixir...

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7

74

EL ÚLTIMO PAN DE MI PADRE 

Adrian Padilla

08/08/2024

Mi padre me dejo un pan para que me lo comiera cuando estuviera triste. El problema, es que con la tristeza se pierde el apetito. Inclusive si lo comiera sin hambre, ¿Que me quedaría hacer cuando de nuevo me entristeciera?, no tendría el mismo efecto si yo mismo llenara la panera. Mi padre ya no...

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19

73

EL PAN DE UN MUERTO 

Adrian Padilla

08/08/2024

EL PAN DE UN MUERTO Hoy finalmente me he endurecido, al punto de ser incomible, ni siquiera por miserables hambrientos que llegan al basurero de la panadería para tragar desperdicios. Seguramente de llevarme a sus bocas, les rompería alguno de sus debilitados dientes. De no haberme vuelto piedra hubiera trascendido enmohecido hasta desintegrarme. Así que...

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15

73

El Panadero y el Soldado 

C.D Arias

17/06/2024

Pan, solo los panaderos pueden hacer pan. Porque el alma y corazon que un panadero le pone a su obra es tal, que incluso un soldado debe admitir que le hubiera gustado ser panadero. En el frente de la guerra, una guerra igual que cualquiera, hambrienta y cruel, un hombre es capaz de anhelar su...

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9

73

Pan con leche 

Callas

06/08/2024

Las veces que me vi perdida, cualquier cosa, un insecto, una gota de vapor, un detrito, me guiñaron un ojo, me señalaron el camino. Quizás todo sea más simple de lo que imagino. Más simple digo, no más feliz.

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23

72