Drones con panes
Yo era ese viejo santón, aquel que aislado en su bosque no había oído; de que ¡Dios ha muerto! Recibí la noticia, la portaba un niño herido que cayó a mis pies. El sollozo del niño, apenas se escuchaba. Tendido en la tierra, con fragmentos de vidrio incrustados alrededor de su cabeza. Su cuerpo inerte, tumbado...