Después de treinta y tres años, hoy necesito escribirte para que cobres vida y me respondas.
Amor mío:
– Daría mi propia vida por tenerte en mis brazos. Fuiste mi primer gran amor. ¿Te acordas aquella tarde cuando nos rateamos del colegio y fuimos al cine a ver “Endless love”- “Amor Eterno”- protagonizada por Brooke Shields y Martin Hewitt? Estabas a mi lado tomándome la mano, y en el preciso instante cuando David y Jade sellan su amor con un beso inolvidable; vos giras tu cabeza, me miras y me das mi primer beso en la boca.
– ¿Cómo no recordarlo? Fuiste mi primer y única mujer. Estaba tan nervioso aquella tarde. Al besarte sentí estallar mi corazón. Fuimos tan jóvenes, y felices. Nuestro amor fue “amor eterno”, como el de ellos. – su voz se escuchó desde el más allá
– Si fuese verdad que ahí estás, en ese otro lado al que yo aún no accedo, no dudaría ni un segundo más para saltar. – le dije
– Te extraño, siempre estuve a tu lado aunque vos no me vieras, y lo sabes- dijo él
– Esa madrugada, cuando sonó el teléfono, y dijeron Guillermo está muerto, yo no entendí. Salí corriendo, lloré, grité y hasta intenté suicidarme. ¿Qué sentido tenía la vida sin vos? Apenas había empezado nuestro amor. Dos adolescentes de dieciséis y dieciocho años. ¿Por qué no me esperaste? Te fuiste con tus amigos. En Gral. Paz y Panamericana te incrustaste bajo un camión. Te velamos a cajón cerrado. – dije
– De repente el camión estaba ahí, y fue imposible frenar. Por suerte, no te esperé. Yo ya estoy del otro lado, vos ahí. Aunque vi lo difícil que te resultó seguir después de aquello. Se que te casaste y continuaste, pero nunca más volviste a amar. Te pido perdón- dijo él
– Al no verte en el cajón para despedirte con aquel primer beso casi salido de la pantalla del cine, fue intolerable y alienante para mí. Solo vi un cajón. Vos desapareciste, eso hace que la certeza de tu muerte entre en duda, y el deseo de tenerte acá se apodere de mi ser, soñándote abrir la puerta, abrazarme y besarme, como si solo hubiese sido una terrible pesadilla y… despertarme junto a vos, y los hijos que nunca tuvimos.
– Tus hijos son hermosos. No son nuestros, pero se parecen a vos. Maldigo la hora de esa locura mía con aquel auto. ¡Cuánto me perdí! ¡Cómo nos reíamos! Te amo por siempre y para siempre. – susurró su voz en mi alma
– Te extraño tanto. Continué mi vida, pero una mitad mía se fue con vos. Acá entre los vivos, solo existe mi otra mitad. Alicia completa dejó de existir aquel veinticuatro de mayo de mil novecientos ochenta y siete, el día de tu muerte. Cada tanto miro nuestra película, y en sus besos, te beso… Amor mío.
OPINIONES Y COMENTARIOS