Mi ciruelo florece, pero nunca ha dado buen fruto, dos o tres intentos son los que suelta, pero nunca son grandes ni jugosos. A veces me siento a leerle, veo como el sol lo baña y sus florecitas crecen, yo sonrió al ver su blanco manchado de rojito esperando a que un buen fruto maduro.

A veces Xóchitl va y pone unas palabras en el lugar

– ¡Ay como te gusta esa planta!, bueno fuera que diera buen fruto, ahí sí, entendería que te gustase

Yo no le digo nada, solo me da gracia su queja. La miro burlonamente mientras da y da frase tras frase como si se tratara de una pelea hasta que se da la vuelta y se va con una risa bajita. No entiendo su molestia, si solo es un ciruelo.

Quizá esta celosa, Xóchitl es de esa manera, si ve que dedico mi empeño en otro lado que no sea en ella pueden pasar cosas horribles, como dejarme de hablarme o fingir desinterés cuando le cuando hablamos. No entiendo porque acudir a esa forma de llamar la atención, ¿Por qué no se sienta a mi lado a acompañar al ciruelo?

No lo hago todos los días, no me siento a leerle diario, pero las veces que lo hago Xóchitl me reclama. Tal vez no es un reclamo ni una queja, puede que sea una invitación, yo no hago caso claro está y no porque no quiera sino porque no me había puesto a pensar en ello, cuando ella venga a quejarse la sentare de un abrazo junto a mí o iré atrás de ella como un perrillo que busca un poco de cariño.

Hoy hace un sol y está fresco, me gusta como bailan las florecitas del ciruelo, imagino a Xóchitl con una falda parecida a las florecitas, bailando por aquí, corriendo entre más florecillas y yo detrás, riendo, queriendo alcanzarla. Que gozo me causa este sueño, ahora solo puedo esperar a que Xóchitl pase para verla a ella. No reanudare mi lectura, esperare ansioso, mirando por el pasillo a que venga Xóchitl.

Me quede dormido, el baño de sol me aletargo y me dormí. No vi pasar a Xóchitl, pero sobre mis manos cruzadas estaba una servilleta.

Qué bonito se escuchan tus ronquidos.

Atte. Xóchitl

Y un pequeño beso en una esquina, que pena haberme dormido pero que tierno me resulto el gesto, ahora pienso en dormir más y esperar a tener la suerte de que ese beso sea el despertador que suene en mi mejilla.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS