Deseo tus besos

Cada día que llueve, recuerdo ver tu cara, una cara de felicidad nostálgica, en dónde mirabas por la ventana disfrutando de tu pasado en aquellos profundos pensamientos ¿Es difícil vivir así? Vivir sin la felicidad que tenías antes de que nos conociéramos, sé que me amabas, pero también sé que me odiabas. El perfume que siempre usabas me daba la pequeña esperanza que lo hacías por mí, el primer pecado de mi vida fue amarte, el segundo fue odiarte; aun así, algunas veces me pregunto ¿Por qué esa sensación? De desearte cada vez que me besabas más y más.

Me hubiese gustado decirte lo mucho que no deseaba dejarte ir esa noche en el hotel, pero es que a pesar de ser tu esposo había tantas cosas dentro de ti que aún no conocía y que ansiaba hacerlo, pero pronto llegó el momento en que te escaparás de mis brazos y te fueras para siempre.

Aún puedo recordar a pesar de los años, nuestro último beso. Después de encontrarnos separados por una delgada línea del sentimiento de ira que poseías por haberte llevado a un hotel barato, observé tu espalda y aquellas ligeras curvas que emanaban desde tu cadera hasta tu tórax, no eras la mujer más hermosa ni con mejor cuerpo, pero si eras quien con solo una mirada me conquistó. Tomándote de tu cadera te hice voltear de improvisto, tu cara emanaba sorpresa y satisfacción por mis manos frías posándose como mariposas en una flor. Era obvio que no esperabas aquella reacción de mi parte, pero pronto tu enojo se hizo aún mayor y solo tenía una respuesta para darte.

– Lo siento. – Dije de forma cariñosa con una voz dulce que te hizo sacar de tus pensamientos, tus labios semi abiertos comenzaron a acercarse lentamente a los míos, mis manos seguían en tus caderas a pesar de que te habías volteado y eso te hizo ejercer con decisión en tus acciones, Nuestros alientos comenzaban a unirse mientras te acercabas seductoramente, lo cual mágicamente se convirtió en una de tus mejores habilidades. 

Tus labios se juntaron con los míos cerrando para ti un ciclo, en el cual ya no sería más parte de tu vida. Pretendías separarte, pero mis brazos fueron más fuertes, tomaste con tus dos manos mi cara para mirarme a los ojos con culpa y decepción. 

– Ya no te amo. –