Salíamos del cine Triunfo, eufóricos por haber visto la mejor película de nuestra vida.
Nuestros padres nos miraban embelesados. Con solo 12 años, nuestra amistad, pura y desinteresada, estaba por encima de todo. Siempre nos decían “cuando un niño y una niña juegan juntos, debe ser amor”. Yo no entiendo muy bien qué quieren decir con esas palabras, ni cuando bromean con “el novio” o “la novia”. Yo solo soñaba con dos cosas: estar siempre contigo y convertirme en Spiderman.
Salimos hacia el parque y mientras los mayores charlaban sentados en un banco cercano, decidimos convertir mis sueños en realidad:
-Pedro, ¿a qué jugamos? -preguntó María
-¡A que soy Peter Parker y me das un beso bocabajo! -dije mientras me sonrojaba.
-¿Otro beso? No seas pesado, juguemos a otra cosa -dijo María con gesto decidido.
-Va, ¡juguemos a Spiderman!.
-Bueno, yo me pido ser Gwen Stacy -recalcó María con confianza.
-¡Genial! Creo que, si buscamos una araña y me pica, ¡me convertiré en superhéroe! -dijo Pedro con decisión.
-¿Seguro? -dudó María
-Pues claro. ¡No te enteras!. ¿No te has fijado en la película?.
-Vaaaaaaaale, ¡busquemos una araña!.
Revisamos cada seto y levantamos piedra a piedra. Allí estaba, negra, peluda, desafiante. Después, una sensación punzante, dolor, hinchazón, una mancha roja en la zona y violácea en el centro. ¡Empezaba la conversión!
Los síntomas aparecieron apenas 20 minutos después, y cada minuto que pasaba fue peor. Escalofríos, fiebre repentina, vómitos, parálisis. Mi padre me llevó rápidamente al centro de salud, donde fui medicado, y al no mejorar, me trasladaron con urgencia al hospital.
Lo siento, su hijo no lo ha superado.
Gritos. Lamentos. Silencio. Oscuridad.
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Han pasado muchos años y aún existe nuestro parque. Todavía recuerdo cómo te balanceabas en el columpio, y las veces que me pedías un beso bocabajo. Y yo, que solo quería ser la novia de Spiderman y estar contigo todo el día, te lo daba.
Inconsolable y angustiada. Así quedé tras tu marcha.
Ya he asimilado que lo que nosotros vivimos fue una conexión más allá del amor. Esa energía que no pudimos controlar, nos permitió sentirnos plenos, agradecidos y felices.
Siempre has estado conmigo, cuidándome desde ese balcón con vistas que tiene el cielo. Yo te he tenido presente aquí en la tierra, en cada pensamiento y en cada palabra.
Tu recuerdo y tu ausencia todavía me asfixian.
Hoy, en el aniversario de tu muerte, vuelvo al mismo cine, al reestreno de nuestra película favorita. Nuestra Gwen Stacy ya no es rubia y ahora se llama de otra manera. Peter Parker parece menos fornido.
En la escena del beso boca abajo te recuerdo y me despido de tí, dejando que esa energía que siempre nos ha unido, se disipe entre la magia del sonido del cine.
Como dijo Spiderman «Creo que hay un héroe en todos nosotros.». Tú siempre serás mi héroe. Hasta pronto Pedro, adiós Peter Parker. Nos vemos en la entrada a la eternidad.
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