Hoy has quedado en sorprenderme…cierro los ojos, tal como me pides.
Hasta mis oídos llegan ruidos desde la cocina. La puerta del frigorífico, el agua correr, crujidos… mi imaginación empieza a volar y cada vez me pongo más nerviosa.
—¿Serán fresas con chocolate? — pienso, y mi boca comienza a salivar. ¡Me encantan las fresas con chocolate!
Escucho tus pasos al acercarte. Depositas algo sobre la mesa. Me susurras al oído —te voy a sorprender con algo mágico, una pócima que mi abuela me enseñó siendo aún un niño. Tranquila, relájate y déjate llevar —.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro, mis manos tiemblan. Tus dedos abren con suavidad mi boca y depositas algo pequeño en su interior. Está frío, es liso, redondo, juguetea con mi lengua y se mueve como si fuese una canica, pero no es dura es blanda.
Me indicas que lo muerda, que lo muerda sin miedo. Te hago caso y al morderla algo explota y expulsa un líquido dulce que cubre cada rincón de mi boca. Me provoca cosquillas en la garganta, carraspeo y me hace soltar una carcajada.
—Espera —me dices y nuevamente abres mi boca y me introduces una pequeña porción de algo… algo blandito, esponjoso, un olor percibo en tus dedos que reconozco. Con lentitud empiezo a masticar, fundiendo este nuevo elemento con el anterior. Una alquimia se está produciendo en mi paladar. La curiosidad cada vez es más acuciante, creo que no voy a poder esperar.
Deslizas tu mano por mis ojos, intuyo que sabes que quiero abrirlos y me susurras al oído —no los abras, ya casi estamos terminando. No te impacientes, disfruta. —
Vuelves a abrir mi boca y en esta ocasión depositas algo un poco más grande. En cuanto entra en contacto con mi lengua me empieza a picar. Todas mis papilas gustativas se han puesto revoltosas. Lo muerdo y es blandito. Poco a poco se mezcla con los otros ingredientes. Una explosión de sensaciones recorre vertiginosamente toda mi boca. No quiero que esto acabe.
—La pócima ha funcionado — me gritas. No aguanto más y abro los ojos. Allí te veo delante de mí sonriente, tus ojos brillan de felicidad. En un impulso te abalanzas sobre mi cara, la sujetas con ambas manos y me besas lenta y dulcemente, saboreando cada sorbo del néctar que tengo en mi boca. Ambos nos fusionamos en uno.
Cuando por fin nos separamos me revelas la fórmula secreta:
(🍇+🥖+🧀)=💋
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