La noche empieza a cubrir el atardecer en una espesa neblina, mientras camino en la búsqueda de alguien que pueda hacerme sentir el sabor que se impregna en la boca cuando se da un beso. Pero siempre me detengo cuando siento una energía electrizante subiendo desde las palmas de mi pies hasta mi estomago. Es por eso que seguía caminando al lugar que los periódicos nombraban como la ciudad del amor, un lugar que al escuchar su nombre provocaba el mayor de los miedos.

¡Macabra!

Nunca la había visitado, pero cuando me hablaron de ella, esperaba un lugar sombrío, mas oscuro que su nombre, pero al contrario de eso, encontré un cielo totalmente estrellado, una brisa suave que recorría el rostro como queriendo acariciarle. -Sonreí- Que cálido podía ser.

 Al llegar al centro de la ciudad, un colorido espectáculo cubrió la parte superior de una tienda con tejas transparentes, cada persona allí presente emitía una energía voluble, brillante, casi poderosa, que me empezaba a jalar al centro del lugar, tenia miedo porque todo a su alrededor parecía normal, la única extraña era yo.

 Quería enamorarme, dar un beso apasionado, perder la cordura, pero a ¿cambio de que?. 

Me quede pensando por un momento mientras el lugar empezó a verse como el cosmos, como la galaxia, como un lugar fuera del planeta, mis manos empezaron a sudar, quería expresar mi asombro, pero en ese momento una luz amatista salió de mi cuerpo y se unió a una persona que emitía una luz azul celeste. Nuestros ojos se cruzaron de inmediato, como una casualidad o como el destino previsto en un hilo rojo, que jamás había visto, pero que ahora me conectaba a un ser humano que hacia latir mi corazón a mil por hora.

Mis mejillas ardían y mis manos temblaban, no era normal, pero mientras mas lo pensaba, él se acercaba  como si un montón de luces bajaran como lluvia de estrellas sobre mi, era como si no me esperara y ya quisiera verme de nuevo, pero sus ojos, unos ojos negros brillantes, tan profundos como un hueco en medio de la tierra seguían viéndome sin parpadear.

Quisiera haberlos tocado, pero el ya estaba a unos centímetros en frente de mi, en su pecho un signo de gemelos se alumbro, mientras en el mío se enmarcaba el signo de los peces, piscis y géminis, ¿siendo compatibles? Acerco su cara a la mía, sonrió. 

Todos los allí presente nos miraban aterrorizados, logre tomar la compostura, pero su alma era familiar, como si quisiera abrazarlo, sin embargo algo mas empezó a brillar, en ese momento mi línea se dividió en dos, pero esta vez alumbraba a otro hombre presente ahí. 

Todos empezaron a susurrar como si conocieran las circunstancias de aquel encuentro, luego empezó a cercarse despacio, sutil y fuerte, sus ojos verdes resaltaban en una piel clara, mientras su cabello castaño danzaba con el aire. Los dos estaban en frente de mi, baje la mirada al pecho del nuevo hombre y pude observar la forma de un escorpión.

Geminis, piscis y Escorpio.

(Silencio)  

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