Rebobinando el último beso, el de ayer en la noche.
He trajinado todo el día dándole vueltas, entre el play y el stop. Reviviendo el momento en el que te besé o me besaste, le doy el mérito a quien menos lo quiera.
Después de despedirme con la canción que te evoca en la jornada, olvidé apagar la máquina del amor y empecé a soñarte cada vez más seguido. Y ahora que haré para bajar el brillo al arcoíris de mis pupilas cerradas.
Si hoy me preguntaras, no lo negaría, te diría que ya quiero cocinar para dos.
Te seré sincero que si hoy llamaras, aguantarme no podría y te contaría como empezaste tú aquel beso, que fiel a tu extravagancia te compartí con un chicle.
Imagino que me imaginas y luego caigo en cuenta en lo tonto que me veo. Es probable que estés dormida o con algún amigo, mientras yo hago un stream de sentimientos alborotados y sabe Dios si recíprocos.
Buenas noches, te espero hoy también en la misma sintonía, esta vez soy yo quien lleva los chicles.
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