A mi nunca me han besado

(Tatiana y el sapo)

Soy una rana, a mi nunca me han besado. No he tenido la oportunidad de convertirme en príncipe, tampoco en lacayo; todavía menos en heroína o simplemente en una mujer como correspondería a mi sexo de batracio.

A mi nunca me han besado, pero si hubiese nacido siglos atrás me hubiese gustado que mi primer beso me lo diera Hipita de Alejandría o Juana de Arco. Si hubiese nacido el siglo pasado, Frida Khalo, Rosa Parks o Nina Simone. Pero he nacido en este siglo. Fui comprada por una mujer para su hija. Me compró junto con lo que llaman terrario que es donde habito. Desde aquí la veo ahora delante del ordenador, con el ruido de la lavadora de fondo, dos cazuelas en los fogones, el aspirador por recoger; teletrabajando he oído que le dicen. Ella es la que me cuida, me alimenta, me acaricia la espalda cuando me subo a la piedra (de plástico), donde tomo el sol entre palmeras (también de plástico). Ella me habla, me pone música, me cambia de ventana, me pregunta, … De ella es de quien realmente anhelo mi primer beso.