Estados Unidos, 14 de Agosto de 1945. Por ese entonces, los medios de comunicación acababan de informar sobre la rendición definitiva de Japón ante los Aliados, lo cual solamente podía significar una cosa: El final oficial de la Segunda Guerra Mundial…
Tras años de dolor, sufrimiento y pérdidas, incluidos seres queridos, familiares y amigos, la guerra había terminado. Atrás quedaban las bombas atómicas y los eternos combates en el Pacífico contra los japoneses. La población estadounidense salió a la calle, a Times Square, para festejar el fin de las hostilidades.
Glenn Edward McDuffie nació en 1927 en Kannapolis (Carolina del Norte). El 14 de agosto de 1945, Glenn McDuffie tan sólo tenía 18 años e iba rumbo a Brooklyn. Cuando salió de metro en Times Square para cambiar de línea, una mujer se acercarlo y le dio la noticia:
– La guerra ha terminado. Puedes volver a casa.-
Él vestía de marinero, pues era parte de la armada de Estados Unidos, pero se había instalado en Nueva York. Sintió una alegría instantánea por su hermano, quien estaba prisionero en un campo de concentración japonés. Los festejos a su alrededor recordaban a las fiestas de Año Nuevo. Muchas parejas, improvisadas o no, se besaban. Él sintió una emoción tan intensa, que se puso a dar saltos y a gritar eufórico. Fue entonces cuando se cruzó con una enfermera. Ella lo había visto dando voces y con una sonrisa de oreja a oreja. Glenn fue directo a ella y la besó. La chica agarró su bolso y su falda mientras aquél marinero espontáneamente plantaba sus labios directamente sobre los de ella. Fue un beso húmedo, prolongado, apretado, impetuoso y, a la vez, memorable. La enfermera dejó que el marinero la besara, porque en ese momento pensó que aquél hombre había luchado por ella durante la guerra. El icónico momento fue captado por el fotógrafo Alfred Einsenstaedt, mientras las demás personas alrededor miraban curiosos a la pareja y sonreían.
Aquella enfermera era Edith Shain, al momento de la foto tenía 27 años, trabajaba en el Hospital Doctor en la ciudad de Nueva York. Shain salía aquél caluroso día de Agosto, a celebrar el final del conflicto más brutal de todo el siglo XX. El beso no fue un gesto romántico, simplemente eran dos personas celebrando en un momento de euforia.
De hecho, los dos protagonistas de la foto no eran pareja, ni se conocían. Nunca intercambiaron palabra. Después del incidente, ambos se separaron y cada uno retomó su camino.
Glenn vivió la mayor parte de su vida en Texas, donde trabajó como cartero y jugó en una liga semiprofesional de baloncesto. Luego de 50 años en Houston, se mudó al norte de Texas con su hija. Era asiduo de los shows de armas. Murió el 9 de marzo de 2014 en Dallas.
Shain siempre estuvo dispuesta a aceptar nuevos desafíos y su preocupación por los veteranos de la Segunda Guerra Mundial le dio energías para buscar hacer una diferencia.
-FIN-
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