un 31 de Diciembre senti la necesidad de buscarla por ultima vez, siempre fui uno mas de sus compañeros, amigos, conocidos, no lo se, creia que a traves de mis escritos podria demostrarle cuanto la amaba, debo admitir, que el Gran Pablo Neruda, estaria desepcionado de mi al saber que no consegui nada con mis escritos, pues para ella solo eran palabras, lo rescatable de todo esto fue que en algun momento fue mi musa perfecta, hasta que decidi ir tras ese tan soñado sueño, que era besar sus sublimes labios, asi que recorri 1130 Km., para solo decirle que no volveria a buscarla y asi mismo robarle un beso como un premio de consolacion a tan gran esfuerzo que hizo mi corazon, al escribir los versos mas bellos que ella me inspiro, a decir verdad cuando la mire me quede anonadado, no pude decirle nada solo deje que las horas pasaran mientras se consumia la oportunidad de besarla, la miraba y la miraba y la miraba, hasta que el tiempo me cobro la factura, era tiempo de irme, la mire a los ojos, como si fuera la ultima vez que la volveria a ver mientras de mis mejillas escurria una lagrima, la cual tal vez seria la del final, solo le pedi un favor, que escucharamos juntos la cancion que le escribe con tanto amor, al compas de el sonido de la guitarra salian mas lagrimas de mis ojos, ella solo decia no llores, dale tiempo al tiempo, vaya consuelo pero asi paso, estas notas terminaron y con ella el sueño de besarla. 

Mire sus ojos por una ultima vez, bese sus mejillas y como si el mismisimo Satanas se apiadara de mi escuche un susurro, «ese beso que ella te dio en tu mejilla es lo mas que puedo hacer por ti, Largate de aqui suelta su mano y empieza a olvidar»….

El tiempo ha pasado creo que jamas la volvere a ver…

Dramatico demasiado dramatico, pero lo cierto es que esa noche se murieron mis ganas de volver a escribir.

Autor: Lazaro Montejo. M

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