HISTORIA DE UN BESO: DULCE ESPEJISMO

Evelyn White no era el tipo de chica que se enamoraría fácilmente. Su madre era trabajadora y extremadamente feminista. Al ser ella madre soltera, deseaba más que nada en el mundo que su hija triunfara profesionalmente y fuera a la universidad, cosa que ella no había podido lograr cuando quedó embarazada y su novio la abandonó. La madre de Evelyn no quería que nada se interpusiese en el camino al éxito de su hija, veía al amor como un estorbo, un obstáculo, un invento de los idealistas… le hizo jurar a Evelyn que siempre pondría sus sueños por encima de cualquier hombre.

James Walton no era realmente la clase de chico del que se esperarían auténticos sentimientos. Pertenecía a una de las familias más acaudaladas del país. A pesar de vivir en la opulencia, James continuamente se sentía abandonado e ignorado por sus padres, quienes nunca tomaban o tenían en cuenta su opinión. Veía el medio en el que vivía como un mundo superficial, falso, en blanco y negro, sin sentido, vacío… ese enorme vacío de amor que tenía en su corazón, vacío que pronto sería llenado… James le prometió a su abuela, en su lecho de muerte, que a pesar de lo que dijeran sus padres, se casaría con alguien a quien realmente amase.

Evelyn y James se conocieron en la preparatoria. A pesar de tener pocos recursos, Evelyn, con ayuda de una beca, había logrado estudiar en una escuela prestigiosa. Pronto, los dos se hicieron amigos, a pesar de tener intereses totalmente diferentes, pues, ella era ambiciosa, él no, a él le encantaba vivir el momento y ella siempre pensaba en el futuro, a ella le fascinaba la ciencia, mientras que él prefería la literatura. Descubrieron que, a pesar de tener intereses distintos, tenían algo en común: ambos querían salir adelante y superar los paradigmas a los que habían sido sometidos por sus respectivas familias.

Aunque pronto esa amistad se convirtió en algo más fuerte e intenso. A él le atraía su perseverancia, su disciplina y ganas de triunfar en la vida. A ella le cautivó su carisma, su optimismo y sus deseos de ayudar a los más desafortunados.

Pero… el bachillerato culminó, y el sueño de Evelyn había sido siempre estudiar en el extranjero… estaba a punto de abordar el avión, cuando James apareció jadeando con un ramo de flores, dispuesto a confesarle por fin sus sentimientos.

-Toda mi vida ha sido un maldito espejismo, lo único real en ella es el amor que siento por ti, Evelyn.- dijo.

-Jamás consideré la posibilidad de llegar a enamorarme de alguien- respondió ella.

Y en ese preciso instante, él la besó, fue un beso puro, suave, reconfortante, tierno, silencioso, dulce y a la vez cruel, prolongado como la memoria… los labios de ella rozaron los de él, en un instante en el que ya nada ni nadie importaba, se sentían invencibles, pues las limitaciones que la sociedad les había impuesto ya no existían, eran tan sólo un dulce espejismo… 

¿FIN?