Diálogo

Él no sabe hablar con su novia, por eso estamos aquí. El plan era que mientras yo apartaba las distracciones, él tomaría la iniciativa y limaría las asperezas, pero, ya hace más de una hora que estamos encerrados en la cocina porque el conflicto no ha terminado. En mi cabeza retumbaban unos tambores, creo que era por la rabia, pues, sí estábamos interesados en ver esas películas y más que eso, por el tiempo que perdí explicándole que la comunicación es la piedra angular de una relación.

Él no quiso ayuda de nadie, así que seguimos aquí, riéndonos entre el guarapo y las galletas. El ambiente cambió cuando solté las riendas y aterricé frente a ella. Llevábamos aquí todo el rato y hasta ahora es que comencé a disfrutar de su compañía, me sentí tonto como mi amigo y más. Paseamos desde la historia universal hasta las aventuras de Tom y Jerry, y cuando se nos acabaron las excusas comestibles continuamos desde las charadas hasta las cosquillas. Ella es muy rápida con las manos, estaba a punto de matarme de la risa, así que en un movimiento desesperado de supervivencia atrapé sus manos y las crucé detrás para restringir sus movimientos, nuestras frentes chocaron levemente y se trabaron nuestras miradas, el furor tomó posesión de nuestros cuerpos y cuando la colisión parecía inminente, se abrió la puerta.

Nada, él no supo hablar. Las líneas de diálogo se quebraron por el exceso de tensión y declaró la rendición sin luchar, así que la novia entró hecha un aguacero y apagó lo que estábamos cocinando. Me sentí responsable porque quedó manifiesta mi incapacidad para enseñar, así que saqué de mi bolsillo el absorsor de derrotas, se lo ofrecí junto a unas palabras consoladoras y algunas excusas por el comportamiento de mi amigo.

Después de ese día mi amigo fue tomando distancia, asumo que para expiar sus culpas y comenzar desde cero; lo asumo porque tampoco habló conmigo al respecto. Que triste por él que no ha trabajado su madurez emocional, porque aquel día, mientras fallaban sus motores y se iba a pique su estabilidad, descubrí la belleza mas allá de un beso.