Su primer beso

Amanece con los primeros rayos de sol que auguran la primavera. Miguel los siente entre su rostro y las sabanas haciendo que ese profundo sueño se transforme en un despertar al nuevo día. Un cosquilleo le hace levantar la cabeza y mirar por la ventana , las ramas del frondoso olmo resbalan por el cristal , divisa a través de ellas el camino asfaltado que recorre toda la calle a través de los unifamiliares vallados. Observa pero no se distingue a nadie todavía por lo que intuye es temprano.

Se enfunda las mallas y de nuevo surge el cosquilleo en el estómago obligándole a revisar nuevamente la vía alcanzando su objetivo por lo que comienza a urdir su plan.

Su objetivo se llama Lucía, vive en una urbanización cercana y como él lleva unos años separada y las niñas de ambos van juntas a clase por lo que cuando a él le toca tener a sus hijas coinciden en la puerta del colegio a la entrada y a la salida, a los dos les apasiona el deporte y salen a correr todas las mañanas hasta la hora de ir al trabajo.

Esa mañana la esperaba ansioso…. Hacia días que no la veía y sentía una gran desazón por lo que emprendió a correr atravesando varios atajos hasta conseguir tropezarse como por casualidad.

El rostro de Lucía se iluminó , había llevado unos cuantos días ajetreada por lo que se permitió hacer ejercicio recorriendo las avenidas y probar suerte. Continuaron juntos el entrenamiento dedicándose sonrisas mientras las calles los observaban con dedicación hasta que la hora de comenzar con sus obligaciones diarias llegó y se despidieron con un cordial hasta pronto que les hizo sentir desdichados a ambos. Desdichados por falta de valentía. 

Pasó un tiempo hasta que volvieron a verse… un mágico día en una pequeña y antigua librería del centro Lucia creyó escuchar el sonido de su voz … y ahí estaba Miguel preguntando por el mismo libro que ella necesitaba para su pequeña, sin pensarlo se puso delante de el con su mejor sonrisa e interrumpió… aquí tienes tu libro!!! En ese momento se paró el mundo para ellos, hubo un antes y un después. Se disponían a salir cuando comenzó a llover y dado que no llevaban paraguas decidieron cruzar a la antigua y familiar cafetería situada justo enfrente. Risas y complicidad, dejo de llover ,fueron caminando hasta casa de Lucía donde al despedirse él la cogió por la cintura y la besó, si.. la besó en los labios como hacia tiempo nadie lo hacía, suavemente como el agua arrastra a la arena pero a la vez enérgico cual oleaje. No necesitaron palabras, se miraron y ese momento se quedo grabado en el empedrado de aquella calle.

Amanece con los primeros rayos de sol que auguran la primavera,  Miguel lleva aletargado toda la noche,saboreando la dulzura, sintiendo todavía en sus labios la calidez del tan esperado beso… su primer beso.