Nunca detenerse…

Nunca detenerse…

Lucia Ines Rojas

20/04/2021

Nuestros abuelos!!! 

Hermosas personas, que cada una de ellas son como un libro por descubrir. 

Cada uno de ellos guardan su propia historia de vida. 

Fueron bebes, niños, adolescentes, adultos y hoy adultos mayores o cariñosamente ABUELOS! 

Abuelos, sin importar si tienen o no nietos. 

Son abuelos, por el solo hecho de lograr tener una cantidad importante de años sobre sus espaldas. 

Abuelos, por la experiencia acumulada a través de toda su vida. 

Abuelos, por la sabiduría que les aporto cada vivencia que les toco atravesar.

Abuelos, por las arrugas en sus rostro.

Abuelos, por lunares en su piel.

Abuelos, por sus cabellos canos o su calvicie.

Abuelos, por el reuma que llevan en sus huesos.

Abuelos, por la lentitud en sus movimientos.

Abuelos, por sentir frio en pleno verano.

Abuelos, por su testarudez, mañas y costumbres.

Abuelos, por su manera distinta de ver las cosas, por ver el bosque y no solo el árbol. 

Estos abuelos, cuando fueron jóvenes, tuvieron sueños. 

Algunos lograron concretarlos y otros, quedaron en el camino.

Algunos abuelos, tuvieron la suerte de poder tener hijos, nietos, bisnietos y hasta tataranietos. 

Otros abuelos, no pudieron formar familia y quedaron solos en este mundo. 

Rodeados de familiares no directos o sin familia alguna. 

Las vuelta de la vida, tal vez, los hizo vivir en otro continente o en una ciudad alejada. 

Quizás tuvieron la suerte de casarse pero enviudaron y les toca seguir solos en esta vida. 

Otros, quedaron solteros.

Algunos tienen familia, pero su propia familia – no tienen tiempo para visitarlos y mucho menos de cuidarlos. 

Así que la mejor opción, es internarlos en un asilo para ancianos. 

En estos lugares, podemos encontrar abuelitos sanos, abuelitos con alzheimer y cantidad de enfermedades, que van acompañando el paso de los años.

Muchos abuelos, en estos lugares ansían que llegue el horario de visitas.

Mientras esperan que se haga la hora

Para ver aunque sea una media hora a sus hijos y nietos.  

Llega el momento tan anhelado – el reencuentro, el abrazo, el beso… 

el como estas papá? te extrañamos!!!

Pasan ese momento alrededor de una mesa y disfrutan de unas porciones de pasta frola que trajeron las visitas, junto con el mate y también caramelos. 

Pero, hay otros abuelos que a la distancia observan y se inicia una batalla de emociones – entre la alegría y la tristeza.

Están alegres, felices de la suerte que tienen alguno de sus compañeros del asilo.

Alegría por saber que aún hay familia que recuerda que sus mayores viven en un asilo y los visitan.

Tristeza, porque ven que ellos no tienen esa suerte, la de contar con personas que se interesen por saber como están.

En esta batalla, terminan predominando y ganando la tristeza.

Sin darse cuenta, a los abuelos lentamente sus ojos se ponen vidriosos y van sintiendo un puñal en medio del pecho.

La angustia lentamente va corriendo por toda su piel, con escalofríos que se van intensificando para atravesar la piel y así llegar al interior de todo su cuerpo.

Una enfermera, ve a uno de estos abuelos y le pregunta 

– que pasa don Cosme??? 

–  porque llora???

Y con su voz temblorosa le responde : 

– mi´ja es que mi familia ya no me quiere

– mi familia me ha olvidado 

– me encerraron , en este lugar porque nadie podía ir a visitarme. 

– Tengo 5 hijos y ninguno pudo estar conmigo un rato.

 – Digame srta. Inés, como hago para no sentir esta pena??? 

La srta. Inés, no supo que responder. 

Por varios segundos quedaron conectados con la mirada, donde el silencio gano esa conversación. Para consolarlo. la srta Inés le dio una palmadita en el hombro y le ofreció un té.

Don Cosme, aceptó el té. La srta Inés se dirigió hacia la cocina para prepararlo

Don Cosme, quedo esperando y siguió observando. 

Los años le enseñaron que la angustia, no debe durar en su ser mas de cinco minutos. 

Ya las lágrimas escaparon, así que hizo unos pequeños movimientos con su cabeza, como queriendo expulsar la tristeza de su mente y así dejar entrar la alegría y la felicidad, por la suerte de los abuelos que tienen la dicha de ser visitados.

También están los abuelos que tienen la fortuna de tener un buen pasar económico y un buen estado de salud.

Este grupo de personas mayores,  aceptan su edad y viven acorde a sus años. 

Disfrutando de los regalos que la vida les da, como el ver crecer a sus nietos, compartir ratos de juegos con ellos, relajarse, compartir con sus amistades una charla, un almuerzo, un te, una salida al teatro, de la cancha de bochas, el juego de naipes, etc. 

Cuando no estaba la pandemia por el COVID, tenían mas libertad, algunos se reunían en los Centros de Jubilados, cuando organizaban almuerzos con shows o hacían viajes de vacaciones. 

Y otro grupo de personas que no paran un minuto, las podemos llamar hiperactivas o que tienen hormigas en el … jaja y por eso no se quedan quietas. Están siempre trabajando, para ellos los ratos que se sientan a disfrutar de una charla son contados… Y muchas veces, nos preguntamos porque trabajan tanto??? Porque no se detienen??? Porque tienen la necesidad de estar en constante movimiento??? para obtener dinero??? para crear algo???  Les decimos que se detengan, que ya hicieron mucho, que ya trabajaron todo lo que tenían que trabajar, que es hora de no hacer nada…Que es el momento de descansar.  Pero ellos , no hacen caso, al contrario  decirles eso, es como motivarlos a seguir adelante. Bueno, la triste realidad es que también hay abuelitos, que no tienen familia ni los medios económicos suficientes para vivir dignamente y no les queda otra que salir a juntar cartones o hacer changas para poder sobrevivir.

Nos enojamos, por no lograr que vivan de otra manera. 

Para los que están bien económicamente no le encontramos respuesta a su forma de vida y para los que no llegan a fin de mes o no tienen para un plato de comida, se siente una gran impotencia, por la suerte que les toco.

Ellos se mantienen activos, por necesidad y otros por miedo. 

Le hacen frente a la vida.

Los abuelitos que deben trabajar por necesidad, sufren mucho, pero no se rinden.

Soñaron con tener un pasar económico, pero no fueron tocados con la varita mágica.

Llega la noche y no tienen un plato de comida en la mesa. 

Así que durante el día, cada mañana, se levantan toman un mate cocido con un trozo de pan semiduro y salen a recorrer las calles.

Ellos van caminando, arrastrando su carrilín vacío y poniendo atención en las veredas de los locales de venta de ropa, de artículos de bazar, de juguetería, de regalería, etc.

También en los bares…allí recogen, botellas de vidrio, botellas de plásticos, latas de aluminio.

Un día de suerte, pueden encontrar cartones y  botellas, 

Todo sirve, de esta manera, uno a uno, van subiendo al carrilin.

Hasta lograr una gran montaña dentro del carrilin, acomodan con gran esmero, uno a uno los cartones desarmando las cajas, aplastándolas, apilándolas para formar la montaña.

A veces, se piensa que la fortuna no los toco a estos abuelos.

Pero, se saben de casos de personas mayores que lo tenían todo. 

Todo, es todo. 

Titulo profesional, trabajo propio, dinero,  empresa, empleados, casas, autos de lujos, jets, lanchas, familia.

La fortuna les sonrío, pero con el tiempo la desgracia llego a la vida de estas personas.

Algunos, se perdieron en los vicios del juego, lo apostaron todo hasta perder el último centavo.

Otros, un incendio les arrebato la vida de su familia. Abogado de renombre, de la noche a la mañana lo perdió todo. Su mayor tesoro, su familia.

Se vino abajo, la depresión lo venció y terminó convirtiéndose en un linyera. 

Iba por las calles del barrio, con su sobretodo avejentado y llevaba 4 bolsas de arpillera donde tenía algo de ropa, de alimento y las mantas para cubrirse a la noche cuando dormía.

Dormía en las calles y durante el día caminaba por las calles del barrio, sin molestar a nadie.

La gente, a veces, se le acercaba y le daba algunos monedas, o le acercaban un plato de comida.

Es muy grande, el dolor causado por tal desgracia. Que no le permitió volver a ser el abogado de renombre.

Fue una noche de otoño, el matrimonio regresaba de una fiesta de gala. 

La celebración de los 50 años de casados de los suegros. 

Los niños dormían en sus habitaciones y el ama de llaves en el cuarto de servicios.

La esposa – Adriana, se fue a dormir. 

Mientras que el abogado, dr Lezcano – se quedó sentado en el sillón frente al hogar escuchando una cinta de Fausto Pappetti, ya había bebido bastante pero en su hogar siguió con un wisky on the rock.. luego con otro y otro… Era habanos y wisky… música suave y el hogar encendido.

De tanto beber, se durmió. A pesar, de estar en una casa nueva. 

En el piso superior, en el estudio había quedado una estufa eléctrica encendida. 

La cual, causo un sobrecalentamiento causando un corto circuito. 

Con tanta mala suerte, que estaba cerca de una pila de carpetas de juicios que venia defendiendo. 

Además esa habitación tenía materiales muy inflamables, que enseguida se esparcieron las llamas por la habitación, llegando a afectar todo el piso superior. 

Con el humo, se despertó intentó subir a rescatar a su familia, pero las llamaradas no lo dejaron llegar. 

Los bomberos voluntarios, intentaron salvar a las personas, pero fue imposible…

A partir de ese momento, se convirtió en un hombre solitario y nunca hablaba. 

Y tambien estan los que tienen miedo…

Los que sienten que si se detienen la vejez se adueñara de su esencia. 

Temen que si se quedan quietos el tiempo se detendrá y ya no tendrán mas historias que contar. Temen dejar de respirar. 

No lo dicen, pero le temen a la muerte! 

Y quien no le teme??? 

De estar en un mundo rodeado de gente, viendo el sol, sintiendo los aromas de la naturaleza o de la ciudad, sintiendo el canto de los pájaros o el caos vehicular. 

Imaginarse que ya nadie los escuchara, que ya no podremos estar con nuestros seres queridos… imaginarse que terminaremos en un ataúd bajo tierra o en un nicho, o quizás en una bocanada de llamas. 

El saber que dejaremos de existir, es aterrador. 

Dicen que después de la muerte hay una vida mejor y que por eso nadie regreso o que en el cielo nos volveremos a encontrar. 

Pero solo son frases para alivianar la angustia que provoca la partida de un ser querido. El saber que nunca mas estaremos en este mundo.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS