tabaco turco y baklava

tabaco turco y baklava

Cecilia Fleitas

15/05/2017

Tres hombres sentados en un diván, fumando tabaco en grandes pipas de agua. Ríos de arrugas surcan la piel oscura que contrasta con el cabello encanecido.

Enfrentado al de ellos, mi perfil imita su gesto al exhalar largamente el humo espeso que envuelve la imagen en blanco y negro. El perfil de un rostro que se supone es el mío.

Revuelvo las desordenadas fotografías buscando indicios de ese pasado mío que perdí. Estambul.

Larga hilera de zapatos a la entrada de una mezquita. Mesas de bar en el cementerio. Interior del Gran Bazar. El puente del Bósforo por la noche. Sacos de especias en el bazar egipcio. Tres hombres sentados en un diván, fumando tabaco en grandes pipas de agua.

Profundos ojos negros me observaron cuando crucé la puerta, el velo ocultando la expresión de asombro.

Simplemente me senté. Los hombres sonrieron desde el diván. El más viejo me extendió la pipa que fuimos pasando de mano en mano, en silencio, hasta que la ventana el cielo se fue tiñendo de tonalidades rojizas.

La oración del atardecer invadía ya la penumbra. Soplaba una brisa suave. Me descalcé y sentí que aquel cántico incomprensible me abrazaba.

Era sólo cuestión de atravesar la puerta, recuerdo que pensé, mientras extendía la mano hacia el plato que me ofrecían. Y casi puedo sentir el exótico sabor de aquel pequeño trozo de dulce disolviéndose en mi boca. Baklava.

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