Clases de lloro

Clases de lloro

Fui a clases de lloro. El profesor era un tío super alegre que se transformaba como un actor. Cada función, cada lloro era distinto.

Primero lloraba él y luego todos nosotros. Al grupo de deprimidos les costaba más: decían que no querían sobreactuar.

La anciana de ojos azules lloraba lágrimas bellas y difíciles.

Lo recuerdo.

Esa vez yo no podía llorar y todos me miraban casi con desprecio. Luego con pena, por encima del hombro o de la lágrima.

Pensé en fotos, en recuerdos inventados o en mis hijas.

Pero no podía llorar.

Pensé en la lluvia o en los días tristes del otoño. Pero todo fue en vano.

Me echaron del taller. Al parecer les descentraba. Ni siquiera me devolvieron el dinero.

Ya en la calle suspiré profundamente.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS