El principio de mi nueva vida

El principio de mi nueva vida

Una noche gélida de invierno, con solo dos cartones para taparme, una hoguera y un fiel amigo a mi lado… así empezó mi nueva vida.

A mi amigo le puse el nombre de mi primer perro, Rocky se lo puse por un luchador que vi en una película mi perro era igual de luchador y el amigo que se cruzó en mi vida lo es también, por eso decidí ese nombre. Lo encontré vagando por las calles, como yo, sin rumbo ni dirección sin nadie que le espere ni nadie que le ayude… Desde aquel día somos inseparables y nos ayudamos mutuamente.

A partir de ese día fuimos los dos juntos a todos los lados acabando en esa noche gélida de inviernos de la que os comentaba, pensé que de ahí no salíamos vivos, estábamos exhaustos y congelados y lo único que pude hacer es acobijar a mi fiel compañero Rocky entre mis brazos para que por lo menos el pudiera salvarse, porque ya ni la hoguera aguantaba el frío.

Toqué fondo esa misma noche y pensé que nunca me levantaría, que ya termino mi viaje de la vida. Pero esa noche pasó de largo y sobrevivimos. A la mañana siguiente decidí tomar una decisión. Nunca volveré a arriesgar nuestras vidas.

Me hice con todo lo que tenía en ese momento, cartones y brasas apagadas y escribí “Busco trabajo y estancia para mi amigo y para mí” Me pasé semanas pasando por todas las calles con el cartón escrito en la mano preguntando a todo el mundo sin ningún resultado. Hasta que de repente un hombre salió de un restaurante por la parte trasera para tirar la basura, (parecía el cocinero) y vio a mi amigo Rocky. Entonces se le abrieron los ojos y gritó:

  • – ¡Amigo! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo estás? querido amigo.

Mi amigo Rocky se fue de manera efusiva a saludarlo mientras yo me mantenía alejado tímidamente. El cocinero levantó la cabeza y le dijo a Rocky:

  • – Amigo, has traído compañía. Te a cuidado bien todo este tiempo que has estado fuera ¿verdad amigo? Esperaros un momento. Tengo algo para vosotros.

El amable cocinero nos trajo comida para nuestro amigo y para mi, estábamos hambrientos los dos. Al coger el bocadillo se me cayó el cartel y el cocinero lo vio.

  • – ¿Buscas trabajo? (Me preguntó)
  • – Si, pero nadie quiere a alguien como yo. Mírame estoy sucio y hediondo.
  • – Tranquilo, nosotros necesitamos un lavaplatos y la suciedad y el olor se van con una ducha bien caliente, puedo dejarte una habitación en mi casa para que puedas ducharte y arreglarte para ir a trabajar ¿Te interesaría? Es lo mínimo que puedo hacer por cuidar tan bien de mi amigo.

Con lagrimas en los ojos meneaba la cabeza de arriba abajo mostrando mi interés por trabajar y dándole mil gracias por esta oportunidad. Nunca pensé mi fiel amigo iba a ser decisivo para el resto de nuestras vida. Gracias fiel compañero.

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