Ésto va para mi yo de hace años. Ésa que disfrutaba los pequeños detalles con amor y emoción, que no vivía preocupada por pequeños detalles; alguien que disfrutaba la belleza y la felicidad explicita sin pensar en lo horrible que puede ser el incierto futuro.
Y ésto va por mí, quien ahora no puede dormir por pensar en lo que puede ser el mañana. Ahora soy una persona totalmente diferente a lo que era hace años. Alguien más preocupada, más ansiosa, menos tranquila. Alguien que vive pensando en lo que está mal, quien no disfruta la vida. Siempre tengo algo en mente, algo que me carcome hasta quedarme dormida a las 4:00 de la mañana, teniendo así un par de horas para descansar.
Sé que el yo de hace años se sentiría extrañada por lo infeliz que soy, me daría una lección con un puño duro y fuerza bruta, y lo único que conseguiría sería ver llorar a un adulto en formación; a un adulto que tiembla como si estuviera viviendo su peor pesadilla, alguien que añora el calor de su madre que no dormía hasta estar segura de que su pequeño hijo estuviera babeando.
Y ésto va para mí, quien no para de comparar el ayer con el hoy. Yo, una mujer llena de estrés y malhumor que sólo busca un poco de paz y tranquilidad en pequeñas vivencias que sólo le dan una momentánea felicidad.
Por mí me tomaría todo el tiempo posible para regresar a lo que era antes; una persona feliz y risueña. Pero sé que éso no serviría de nada, ya que al regresar a donde había pausado mi vida anteriormente sólo me encontraría con que todo a mi alrededor siguió el curso del tiempo normal; ahí, justo ahí, me daría cuenta de que aunque esté pataleando en el suelo de infelicidad y dolor, la vida nunca se detendrá para que tome un descanso. Ella seguirá brindando dolor y felicidad a las personas valientes que la disfrutan sin discriminar.
El paso del «tiempo», hace que viva preocupada por cosas simples como qué puedo cenar o qué me pondré en una salida de compañeros, pero también me carcome con cosas importantes como mi futuro y la típica idea de cómo se ve una persona en un par de años. Cosas «simples» o cosas «importantes», siempre están dando vueltas en mi cabeza.
Y todo ésto hace que me pregunte en cómo yo podía ser feliz en un tiempo incluso más difícil al de la actualidad; un tiempo con más problemas económicos, con problemas políticos o una complicada relación con los familiares.
En ése momento la yo de aquel entonces crea un golpe feroz que hace que mi yo actual se quede sin palabras, ya que todo se soluciona simplemente disfrutando la vida sin pensar mucho en el mañana. Sólo se despierta, se vive y se duerme.
Como diría mi madre, una persona sólo se debe de preocupar en sacar el día que le toca vivir.
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