Yo antes era periodista y creía en cosas. Ahora sólo creo en el mercado. Y ni eso, si te soy sincero, aquí a solas tú con tus ideas, que ya son las mías, y yo con las mías propias. Reinvéntate, dicen, reinvéntate una y otra vez. Sal de tu círculo de confort, piensa fuera de la caja. Crea, emprende, lucha. Corre, corre, corre. Dicen, dicen y dicen. Por eso me hice Dream Ad Designer, -diseñador de anuncios en los sueños-, la última barrera del marketing. Funciona con ultra frecuencias siempre que el smartphone esté en la misma habitación que en la que duerme el sujeto. Por supuesto, se necesita una autorización de las miles que se firman sin pensar, aunque lo verdaderamente complicado es integrar. Porque no es una emisión, es un compendio entre lo que está dentro de la mente y la promoción contratada. ¿Escuchaste una lata de Coca Cola al abrirse? Pues es un sonido patentado y es perfecto para nuestro propósito. Partes de un sueño, no sé, en casa de tus abuelos cuando el verano era aventura y te sentabas a una mesa con mantel, platos de loza y el sol entrando por la ventana de la cocina. Después pintas de rojo un objeto y lo cubres con gotitas refrescantes, por ejemplo, el tirador de la puerta de la nevera. Y metes el sonido: click, pufffff. La asociación es obvia y queda grabada. Vaya si se queda.

Los cursos te enseñan que hay poco de subconsciente en los sueños. Son experiencias, deseos, sucesos, recuerdos, sinsabores y alegrías reales. Todo lo que te impacta emocionalmente se almacena en el disco duro y se repite por las noches. Como no nos acordamos, no creemos que seamos conscientes. Craso error. Tan solo los olvidamos por un mecanismo mental que separa la vigilia de la no vigilia y nos permite no caer en la esquizofrenia. Y menos mal, porque los sueños también están salpimentados de una pequeña parte del subconsciente, lo onírico, hecho de emociones primarias. Y no hay nada tan primario como el miedo. Ese miedo que tienes al futuro, a quedarte fuera del mercado, a vivir sin esperanza al pie de la cadena alimenticia del estatus. Es el terror adulto de estos tiempos sin seguridad en donde nada es lo que parece. Reinvéntate, dicen, mata el arrepentimiento, aleja la vergüenza. Y aprovecha los descuentos. Apúntate al curso que empieza mañana por menos de trescientos euros al mes. Tú también puedes ser un Dream Ad Designer. Es la mejor opción de carrera de la década que viene. Es lo mejor para ti, que ya no crees en nada.

Ahora continúa durmiendo. Yo ya me salgo.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS