Todos los sabores

Todos los sabores

Francisco Laris

27/10/2018

No me lo he preguntado dos veces, el significado de mi vida radicaba en exprimir al máximo cada instante, no importaba si fuera insípido, dulce o amargo.

No existía otra forma más plena en el amplio existencialismo que el deleitar mi paladar, que el saborear sin probar con el fin de intentar innovar.

Un sabor nuevo, una textura agradable que combinase, un aroma que me provocara, el sentir que me evoca, el recuerdo del sabor que a manera de resabio queda en la boca, torturandome, obligándome a mendigar, cual maldito bastardo solo un poco más.

Me hace dudar, no estoy seguro, si quiero endulzar con miel o con pilonsillo, de lo que si estoy seguro es que mientras se hace el dulce de leche, en lo único que estoy pensando es en compartirlo contigo.

Por que cocino, por que vivo, y lo comparto todo contigo.

Soy reflejo de lo que pienso, y quizás solo quizás me exijo demasiado al intentar complacer a todos en cada bocado, quizás ellos no están de ánimo para el platillo en específico, quizas estan saciados de aquel sentimiento que les impregno con mi platillo, aquel sentimiento que busque transmitir desde el principio y a ellos hoy les tiene agobiados.

El agobio es un sentir que proviene del exceso del fuego de la sartén en un día soleado.

Que puedo hacer, yo un simple mortal para refrescante y ver tu sonrisa, ho belleza mia?

Un agua fresca de tu fruta favorita, un helado artesanal, mil manos de artistas no igualaron mis trazos sobre el lienzo de tu alma.

El secreto no radicaba solo en la convinacion de incredientes, iba mucho mas haya, mucho mas aprisa, era cuestion de quimica, termodinámica puntos de fusión.

Tan altos como el nuestro esta noche, soy un artista, un obrero en la cocina, el dueño y señor de mi destino por algunos segundos en cada comida.

Mi reino camino a la gloria, al César lo que es del César, la ensalada en nuestro día de campo, mi campo de batalla tiene muchos frentes

Tu nariz, tu boca, la combinación de colores que dilata tus pupilas, déjame vivir y morir a tus pies, soy un hombre duro, el fuego salta y los cuchillos vuelan tan rápido cual colibries.

Eres tan dulce bella mía, mil fuentes de chocolate no te merecen

Para por favor, estoy arto y necesito sal, Fingire que soy feliz, picare esta cebolla para llorar y sacare de mi toda esta amargura y si no puedo, meteré la mano en la licuadora, que las cuchillas me rebajen las llemas y me pueda yo olvidar por un segundo de como te llamas.

Me dejas por que crees que no eres mi prioridad..

Y tienes razón, mi prioridad soy yo.

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