Pequeña gran carta

Pequeña gran carta

Para ti, que nunca me has dejado en paz.

Te conocí hace varios años. Desde niña siempre has vivido muy cerca de mí y has tenido bastante influencia todo el tiempo en mis ideas y pensamientos.Pero sé que no somos grandes amigos, pero sí cómplices. Tenemos una relación rara.

Ya sé que tú siempre eres el que inicia el contacto. Tú llegas a mi casa a la hora que se te antoja, me despiertas cuando lo requieres y aprovechas mis momentos más vulnerables para robarte mi atención.

Ahora soy yo quien quiere hablarte pero sobre todo te escribo estas líneas para agradecerte y reconocerte. Tienes el poder de hacerme dudar del amor que me tengo; tienes el poder de arruinar la relación con el hombre de mi vida; tienes el poder de hacerme sentir un fracaso sin siquiera permitirme tener el gusto de tomar un riesgo; tienes el poder inclusive- y aunque me cueste admitirlo- de tener ganas de morirme. Y es por eso que tomé la pluma y el papel para dirigirte estas palabras.

Gracias por todas esas veces que viniste a visitarme porque si no hubiera sido tan frecuente, igual y nunca hubiera notado este día toda esa presión mental que has puesto sobre mí.

Todos te conocen. Te llamas Miedo y aunque algunos inclusive han decidido vivir contigo, yo te quiero mandar a la mierda. Literalmente. Sí, ya sé que siempre me has dicho que decir groserías hace que me convierta en vulgar, y que así nadie me va a querer. Sí, tus típicas manipulaciones. Bueno, pues me vale un comino. Hoy te vas a la chingada. Al menos por hoy.

¿Sabes cómo pasó? Cometiste un pequeño error después de 31 años de perfección. Un día sin querer me enseñaste cómo sería mi vida si yo decidía escribir. Me dijiste que sería una mantenida y que Antonio se iría con otra mujer más ejecutiva, delgada , serena y elegante que cumple sus metas. También dijiste que no tendría dinero para ir de compras ni conocer bonitos lugares ni para viajar. ¿Pero sabes qué fue lo que no dijiste? Que yo sería infeliz. Sé que es arriesgado aventurarse a escribir cuando vives en un país donde todos prefieren ver videos y bullearse, pero no me importa. Al menos por hoy, eso no me importa.

Sé que volverás porque no te das por vencido tan fácil, pero al menos tendré esta carta en mi memoria y sobre todo, en mi corazón ,que me ayudará al menos a llevarte la contraria por primera vez.

Gracias y adiós.

P.D. Ya estoy harta de hacer las cosas por seguridad y no por gusto. Sólo te informo que pienso renunciar a mi trabajo y entregarle toda mi pasión a eso que vive en mí desde niña: el deseo de escribir. Todo esto lo haré consciente de todas las consecuencias que vienen, pero ya no estás en el camino, así que será diferente.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS