BENDITA MENTIRA

Instituto Nacional de Enseñanza Media

departamento de secretaría

Muy Sres. míos:

Por la presente les ruego encarecidamente, tengan a bien proporcionarme una copia de mi expediente académico, con el fin de poder matricularme en la ciudad en la que resido y continuar mis estudios de bachillerato, que interrumpí hace cinco años.

El colegio privado en el que estudié, sufrió un incendio que destruyó todos los archivos, desapareciendo así mismo, dicho centro.

Me han informado de que al pertenecer a su demarcación, su instituto dispone de la documentación que necesito.

Adjunto datos y dirección, con el deseo de verme atendida.

Agradeciendo de antemano su diligencia y amabilidad, les saludo atentamente.

Y firmé

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Era mentira. Mi colegio seguía en pie, pero yo no podía aparecer por allí y ni mucho menos pedir favores. Me daba vergüenza. Mis padres se habían arruinado y constaban como morosos por no haber pagado los recibos del último curso de mi asistencia, motivo por el cual tuve que abandonar mis estudios y empezar a trabajar a los dieciséis años.

Conseguí, haciendo horas extras, el dinero para la matrícula y los libros. Acudía a clase después del trabajo y estudiaba por las noches. Podía hacerlo y me sentía bien.

Obtuve mi título de bachillerato superior. Lo colgué en la pared de mi casa cuando me casé y también en la del apartamento donde me mudé tras el divorcio, colocado al lado de tesoros encuadernados, que fueron llenando mis estanterías y mi alma, mientras trabajaba, amaba, paría, lloraba y reía.

Ahora que me he jubilado, mi tiempo es mío y empiezo en la universidad. Voy a hacerme un selfie con la fachada de la facultad de fondo. Podría quedar bien como portada de mi primera novela.