No te conozco, pero te amo. Probablemente todavía no sepa tu nombre ni tus gustos, cuál es tu pasión y cuales son tus dolores. No sé donde nos vamos a conocer ni a besar por primera vez, si nuestro primer encuentro sexual fue soñado o un fracaso. Si hablamos el mismo idioma ni si somos del mismo color. Si tu pelo es blanco o castaño, si te reís de mis chistes o si me llevas el desayuno a la cama. No te conozco, y ya te extraño. No se que estás haciendo ahora. Tal vez, quizás, pensando en mí, que todavía no sabes que existo. Estoy enamorada de las últimas vacaciones que todavía no tuvimos y de la fiesta de navidad que no llegó. De la sorpresa que hiciste en mi cumpleaños número 40, aún teniendo 33. No te conozco, no se de color son tus ojos. Si odias el frío o si el calor es tu agobio. Donde estarás ahora, posiblemente besando otra boca, tocando otras manos. Sin conocerte me molesta, me enojo, probablemente discutiríamos por eso. No tengo idea de quién sos, pero quiero decirte que sos el amor de mi vida y que agradezco que hayas venido a complementar lo que ya tenía. No se tu nombre, ni tu edad, ni tu rostro, pero quiero que sepas que te amo.
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