La ceguera corporativa

La ceguera corporativa

Tengo ya más de quince años de vida profesional, la cual he realizado en diversos ámbitos y países; hoy quiero compartir con ustedes dos de mis pasiones, el trabajo y la literatura, ¡casi como aceite y limón!, Ya verán que no.

Tengo una teoría, me confieso, soy ingeniera, y es algo de formación y principios sigo»el método científico», así que algunas veces peco al mezclar las cosas; volviendo al tema, pues a mi la corrupción se me hace muy parecido a un episodio del Lazarillo de Tormes, obra mágica que a pesar de versar sobre la pobreza con todas sus nefastas consecuencias para un niño, puede ser exprimida para obtener gotas de sabiduría popular como un zumo concentrado.

En esta ocasión me ceñiré sólo a un extracto, al episodio de las uvas. Cuenta el autor, que un día el ciego y el lazarillo tenían un racimo de uvas, el cual acordaron comer de una en una.Todo comenzó bien, cada uno una por vez, luego el ciego comenzó a comerlas de dos en dos, pasado un rato el ciego le dice al lazarillo algo así como:-¡Estás haciendo trampa!, a lo cual el lazarillo contestó:¿Cómo lo sabes’. -Pues, dijo el ciego – porque yo estoy comiendo de dos en dos y tú no te has quejado-.En efecto, el lazarillo estaba comiendo de tres en tres.

Este libro lo leí en mis tiempos de colegio, pero cada vez que veo temas de corrupción me viene a la mente dicho relato, es como una epifanía, porque justo en eso se basa todo ese enrevesado mundo del “juega vivo” como le decimos en Panamá; se cimenta en que alguien obtiene un beneficio de esta práctica y el otro se queda callado, no dice nada, por miedo, seguridad o simplemente porque está comiéndose una uva.

Hagamos un alto para aclarar que, esto no es prerrogativa sólo del sector público, de manera alguna, todos participamos de este juego nefasto, cuando pagamos para que no nos pongan la multa, cuando por contratar a un proveedor le pedimos cursos gratis, viajes o lo que sea, cuando en lugar de hacer nuestro trabajo usamos el celular , hacemos llamadas personales o diligencias, o vemos una película. Eso es robar, eso es tomar las uvas de dos en dos o más.

Dejemos atrás esta ceguera, esto no beneficia a nadie, sino que refuerza todo lo negativo que no nos deja despegar hacia un mundo más coherente. ¿ Quieres hacer las cosas bien?, pues sé honesto, no participes, ni te hagas de la vista gorda.Aunque es doloroso el proceso, por la presión social y corporativa que esto acarrea, a la larga es lo mejor.

He aquí la Teoría del Lazarillo de Tormes, si alguien es corrupto, es porque lo dejamos ser o porque elegimos serlo.

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