Sabemos lo que somos…pero no sabemos lo que podemos llegar a ser
William Shakespeare
Ahí estaban, sentados en un café, el paso del tiempo había marcado en sus rostros, la huella de un pasado no tan lejano; o sí, depende como se lo mire, por almanaque, treinta…cuarenta años, para mi fue ayer.
Ella me reconoció, acto seguido giró la vista, algo le murmuró a su pareja, él giró lentamente su vista hacia la barra donde me encontraba, hizo el mismo gesto, como si no me reconociera.
Seguí saboreando ese whisky importado on the rocks de color miel, cada trago era un elixir, es el momento donde uno se deja llevar por el comercial de esa bebida y quiere sentir la misma sensación; terminé de tomar y me dirigí a la mesa de esos viejos amigos.
-¡Claudio Molinari y Cecilia Sandoval!- Los dos se sorprendieron, me miraron como a un fantasma.
-¿Perdón?…¿Nos conocemos?.
-Creo que si, aunque pasaron cuarenta años hay rostros que no se olvidan ¿No me reconocen, tan cambiado estoy?.
Siguieron mirándome, haciendo un acting que hasta un chico de ocho años se daba cuenta de su pésima representación.
-Eugenio Ortiz, el marido de Alicia Robledo, salíamos los cuatro allá por el setenta y ocho- Como disculpándose, se levantó Claudio y me estrechó la mano.
– Pero si ahora me acuerdo ¿Cómo estas? tanto tiempo che, si habremos salido los cuatro, Cecilia, es Eugenio ¿Te acordás?- ella con una mueca que simulaba alegría – Ah sí me acuerdo ¿Que tal como estás, y tu esposa?
-¿Vos te referís a Alicia, tu amiga de la juventud? porque ese era su nombre, se ve que con el tiempo lo olvidaste; ella falleció hace dos años de una enfermedad terminal.
-¡Ay no sabía, cuanto lo lamento!-
-¡Ah! ¿De veras lo lamentás? ¿Cuanto?
-¿Cuanto que?
-Eso Cecilia, pregunto cuanto lo lamentás, porque siempre le tuviste idea a tu amiga, porque vestía mejor, porque tenia mejor físico, por su simpatía.
-¿Cómo? pero ¿que estas diciendo? ¿yo tenerle idea a mi amiga?
-Vamos Cecilia, mostrate como sós deja a un costado el disfraz de cordero. no te hace falta; Alicia murió, ya está, para que seguir con la imagen de buena persona que nunca tuviste.
-¡ Me sorprende que me hables así Eugenio, creo que no me lo merezco!.
-Tenes razón, no te lo mereces, nunca te mereciste nada! – Claudio interrumpe la conversación.
-¡Perdón no se de que se trata esto, pero podemos bajar un cambio por favor y hablar como personas civilizadas!
-Depende a lo que llames civilizado Claudio…¿Que es civilizado para vos? por ejemplo.¿ir a la boutique donde trabajaba Alicia e invitarla a salir? o vos Cecilia, ¿es civilizado cruzarte a Alicia en un supermercado, hacerte la pelotuda como que no la viste y girar a ciento ochenta grados tu carro de compras y meterte en otro pasillo para no saludarla? ¿ eso es civilizado para ustedes?.
-Que tengan una buena tarde, y me alegra haberlos visto…¡Buenos Amigos!.
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