Corría el año 1982, en el sur de Argentina se libró una guerra por la soberanía de las Islas Malvinas. Hubo gran cantidad de soldados caídos en batalla, otros regresaron con graves heridas o sanos físicamente; pero todos ellos guardaban un trauma emocional que difícilmente logren olvidar.

La guerra se perdió!!! El Gobierno Militar y la mayor parte de la sociedad ignoraron a estos soldados, que siendo jóvenes sin experiencia fueron a defendernos.

Las vivencias de estos hombres fue muy dura y también el poder continuar con sus vidas.

A más de 30 años, un grupo de soldados que ningún Gobierno los reconoce como ex veteranos de guerra; realizan marchas, presentan petitorios, pero sus reclamos aun no son escuchados…

Estos jóvenes soldados, hoy ya hombres; tratan de sobrellevar sus vidas lo mejor posible, intentando olvidar las secuelas que les dejo una guerra a la que fueron sin estar preparados.

Hace un tiempo,tomaron la iniciativa de reencontrar a cada integrante de un batallón. Con la ayuda de las redes sociales y las comunicaciones telefónicas, empezaron a buscar a los soldados de la clase 62. Cada localización de un nuevo compañero era celebrada con un almuerzo o cena. Siempre en las conversaciones trataban de ponerse al día, con la evolución personal de cada uno; pero entre todos había un tema en común y era que día a día tenían que lidiar con los recuerdos de una guerra. Todos buscaban la forma de sobrevivir al pasado sin morir en el intento. Querían encontrar la manera de aplacar esas reminiscencias…

Durante las reuniones, saboreaban alguna comida regional o picada con un buen varietal mendocino o sanjuanino.

Algunos de ellos tocaron fondo: tuvieron ataques de pánico, depresión, otros se aferraron a las bebidas espirituosas o calmaban su ansiedad fumando, algunos estaban desempleados y otros se rindieron suicidándose.

El factor común en ellos, es la decepción por el olvido de toda la Nación. En medio de esos caminos tan sinuosos que les toco recorrer, algunos lograron encaminar su historia…

Uno de estos soldados, en cada reunión, se ocupaba de preparar la comida. Sus camadas siempre lo felicitaban por ser tan habilidoso en el arte culinario. Tenía un don especial al momento de combinar las especias con las carnes o verduras. Sus amigos, le insistieron para que se dedicara a dar servicios de platos típicos y regionales; pero no se animaba.

Hasta que uno de sus compañeros un día le dijo…

  • voy a celebrar los 15 años de mi adorada hija y quiero que seas vos quien te ocupes del servicio de catering.

No estaba seguro de poder hacerlo, pero confiaban en él. Se celebró el cumpleaños y este soldado-chef preparo toda la fiesta. A partir de ese día, cada fin de semana le solicitaban que preparara el servicio de catering para algún evento. De esta manera, él pudo encontrarle un nuevo sentido a su vida. Por medio, de los sabores exquisitos y del amor con que cocinaba, encontró la forma de silenciar los recuerdos del pasado!!!

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