MUJER DE GUERRA, MUJER DE LUZ

MUJER DE GUERRA, MUJER DE LUZ

sonia mendoza

28/09/2018

Toda la vida es una lucha contante.

Eso lo sabíamos Catalina Almansa y yo porque tuvimos que abandonar nuestro lugar de origen.

Yo por un lado deje mi casa paterna a los 26 años para vivir en Morelia.

Que lejana sé veía la capital de mi estado, desde mi pueblo natal PinzándaroMunicipio de Buenavista Tomatlan.

Me vine un 13 de mayo de 1999, con una mochilita de ropa mucho miedo incertidumbre con poco dinero a vivir en la capital del estado de Michoacán.

Para todos es un poco difícil un cambio tan radical, más sin embargo las cosas se complican mucho más cuando la persona nació con discapacidad.

Somos algo así como los patitos feos de la sociedad.

Que en ocasiones nos desdeñan y nos minimizan y en otras nos acompañan y nos apoyan pero sin duda si nos toca esforzarnos un poco más convencernos a nosotros mismos de que podemos hacernos independientes económicamente de nuestros padres, hay que convencer al familiar que no tenga miedo que nos permita volar, convencer a la sociedad de que nos dé una oportunidad.

[No somos sujetos de asistencia social], – no señor somos personas con una condición

diferente de vida inteligentes, sensibles.

Dignos de vivir en igualdad de condiciones que otro ser humano normal ó que se considera normal de acuerdo al estándar dado en la sociedad.

En nuestro afán por cambiar el concepto que la sociedad tiene de las personas con alguna discapacidad formamos el grupo ¨ALBATROS ¨

Ahí conocí a:-

CATALINA ALMANZA

Una mujer artesana con estudios de contabilidad y administración que en Michoacán no tenía trabajo nadie le dio oportunidad.

La mamá de Catita como la conocíamos en el grupo la enseño el bordado desliado punto de cruz para entretener a la niña cuando era pequeña pues no caminaba y pasaba sentadita por ahí.

Tuvo que emigrar a Querétaro donde empezó haciendo lo que su mamá le enseño de niña servilletas bordadas con deshilados con dos cartoncitos llenos de sus artesanías más unos costales para ponerlos en el piso.

Una mujer sefijo en Catalina que estaba tirada en el piso sentada sobre sus pies en unos cartones vio su trabajo minuciosamente. Le pregunto–¿A qué hora te encuentro mañana?

¿A qué hora sales de trabajar? — Como a la una de la tarde — contesto con asombro. Muy bien mañana aquí nos vemos.

Ese día todo cambio era una señora rica elegante de sociedad pero humilde de corazón sencillo el ángel que dios puso en el camino de Catita.

Se transformo catita en Querétaro en una artesana reconocida que gano premios a nivel nacional.

En una gran empresaria con su asociación de artesanos con discapacidad, se llamaban ALBATROS.

Se hiso gerente de una empacadora de sacapuntas dando trabajo a todos los lugareños de Tequisquapan en el estado de Querétaro.

Cata dejo este mundo 27 sep. 2013

ESTA ES MI HIJA

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