Los Sabores Del Universo

Un ser humano se conforma de tantas experiencias, de tantos deseos, de una comunidad de aventuras, de sueños por cumplir, de corazones rotos y de diversas culturas. Culturas que adquirimos al nacer; los seres humanos nos complementamos de muchas tradiciones que granjeamos de nuestros ascendientes, por esa razón es que podemos encontrar tanta diversidad de civilizaciones.

Admiro enormemente la cultura en la que me encuentro, en la que nací, sus platos llenos de gusto, donde el paladar suspira con la degustación de platillos y la percepción de los sabores. Vengo de una cultura multifacética, Venezuela contiene una gastronomía mediterránea, adquirida desde nuestro encuentro con los españoles, tenemos sabores considerados únicos gracias a nuestro pueblo indígena. Es impropio considerar que no hay una mejor cultura que en la que estamos envueltos como nativos de un determinado país, pero somos tan patriotas en todo su esplendor, protegemos tanto la ciudadanía donde nacemos, que somos caudillos impartiendo un verdadero discurso autónomo, donde consideramos que esa tierra a la cual pertenecemos no tiene comparación con ninguna. Sin embargo hay tantos pueblos llenos de recursos únicos para contemplar un universo gastronómico en cada bocado que indiscutiblemente es imposible considerar cual es el mejor platillo del mundo, cual es la comida número uno en el mundo, podemos tener un platillo favorito, eso está claro pero será tú platillo favorito, no para los demás.

Existe tanta mixtura en nuestra cultura mundial gastronómica, como arena tiene el mar. Hay que tener una gran invasión de conocimiento para atreverse hablar de la adquisición de un platillo como nación. Escucharemos en muchos casos «La arepa no es de Colombia es de Venezuela», Escucharemos decir también «La pasta no es de Italia, fue traída por Marco Polo de china». Un sin fin de mitos, de distintos contextos. Una amplia gama de cognición debemos poner en práctica para recorrer el mundo con platillos autóctonos de cada lugar.

Lo húmedo de la giste en los labios, el ácido del limón en la lengua, el olor de un buen vino para un catador, todos los sentidos son tan necesarios en el tema de la gastronomía, el tacto, la vista, el gusto. Es necesario entender que la gastronomía es un arte, es una alta cota de sofisticación para el paladar y que la persona que puede plasmar esta ciencia en un platillo o el simple hecho de degustarla con el conocimiento de apreciar aquel arte ha entendido una parte importante de la vida. La bendición de los alimentos en la mesa, oración heredada por el pueblo judío, aunque en algunos países o familias no sea tradición, debemos entender que indirectamente degustar, saborear y comer distintos alimentos, platillos y bebidas es una bendición magna y debemos disfrutarla con cada bocado.

Somos esclavos de nuestra cultura y que bello es entendernos entre naciones, conocer de nuestra gastronomía nata y la de suelos extranjeros, reconocer que hemos nacido perfectos y que diseñar platillos para enriquecer nuestras tradiciones es aventurarnos en un mundo totalmente esplendido y libremente correctos.