la comida de hoy es más interesante que la de ayer, me fije que al día siguiente de mi plato preferido, había otro plato en la mesa más delicioso, no hace mucho había llenado los potes de ingrediente diversos y de variados colores, es posible que haya comprado de más, sobraba uno, a no, ahí estaba! la receta antigua la había modificado por una pizca de miel por lo que la guardé en una de las repisas el primer día, pero luego dije.- no es posible que la miel no este helada.- cuando uno la saca del panal de abejas suele estar tibia en medio de muchas y muchas abejas las cuales ven como su trabajo se esfuma de un de pronto, este proceso metafísico que producía en mi conciencia me invitaba a darle un buen lugar y que mejor que un lugar fresco como el refrigerador, la comida del día era un poco de carne con ensaladas y una salsa de camarones en salsa de canela, se le mezcla un poco de mayonesa y un toque de canela disuelta, era mejor que el día anterior pero no podía notar el por qué. los sabores bailaban en mi paladar, bailaban lo digo de manera fantástica. No es que los sabores se hayan puesto en una posición de baile para una coreografía, aunque me lo figuré un momento como una mezcla de buenos sabores, tampoco les digo que es una composición hermosa no… no lo diria asi, seria una ciudad contaminada por el ego hecha hombre, sin embargo tenia la intriga: qué ocurrirá el día siguiente. Tenia los materiales para seguir cocinando hasta el día domingo, recién es martes y me queda la tarde, solo ruego que mañana la cocina sea un buen lugar, me refiero:  solitario. Cada vez que hago un nuevo plato le tomó una foto, como aquella vez que hice pescado al horno y le agregué una pasta encima, si,  el pescado estaba abajo de la pasta, fue así porque la pasta se la tiré encima, lo más importante es que la fotografía mostraba ambas cosas; el pescado y la pasta, la pasta a un lado en el plato y el resto del pescado en una fuente encima de la mesa al lado del plato, parecía que no le había tirado el pescado aún, y muchos comentaron en tono de opinión que por qué no lo hacia, por qué no me apresuraba con el pescado encima de la pasta, si tan solo supieran que la pasta tapaba los restos de un pez que había muerto en condiciones que jamás me pude enterar. Al día siguiente la cocina era la misma; el mismo piso, las misma ventanas, los materiales habían bajado en proporción aunque no tanto, el mundo hacia su habitual rotación y traslación, lo recordé por si no lo creen nunca me acuerdo de esas cosas que ve uno en ciencias sociales cuando es pequeño, pero ahora ahora… es miércoles, un nuevo día. 

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