-La vida no tiene sabor ¿ o no, Juan?
Mariano empezaba así sus conversaciones.
-¿Por que dices eso Mariano, no te gusto el desayuno? Te lo comiste todo.
Juan siempre le llevaría la contraria , era lo normal en sus discusiones por el parque.
– Acaso ¿ Te deja gusto a algo?- Mariano buscaba respuestas no mas preguntas.
-Somos ochenta por ciento agua y como sabes es insípida. . Somos como un pescado hervido-.
-Contesta , si buscas un sabor, para ti ¿ Que es pues la vida? ¿ Es un manjar o un menú barato?- reprocho a Juan.
– Si hablas de sabor, tendrías que saber que existen muchos sabores; dulce, agrio,salado,amargo, si me quieres tocar los huevos te diría que agridulce también es un sabor , entonces piensa en cuantas combinaciones-añadió Juan
– Yo mas bien, me refería a que no tiene un solo sabor, pero tu siempre tienes que discutir. La vida si la comparas con un plato de comida, mi vida eres tu, una delicatessen. Mariano giro y le miro a los ojos.
– Mentira, me siento como un segundo plato, o peor un postre barato. Contesto Juan levantando la voz
-Mariano, se por que dices eso, piensas que ya no te quiero, y culpas a nuestra vida sencilla.
-Pues si, una vida sencilla no tiene mil sabores,- añadió mirando al vacío Mariano.
-No pretendo durar mil años , solo pretendo que en tu boca tengas sabor a mi, ¡Tonto! Tendrás que darme un beso para eso.
Mariano le canto su bolero preferido.
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