«Estoy consciente»

Partimos de un círculo —lo que se conoce como «carita»— con dos ojos y una boca, colocados en sus lugares tradicionales.

Los primeros son redondos, pequeños, y entre ellos se encuentra el centro de una llama que es redonda por abajo y arriba termina en dos puntas, una a la derecha ligeramente inferior a la otra.

La boca, ligeramente sonriente, es una línea de suave curvatura, cóncava hacia arriba.

Los colores de los elementos son los habituales ya establecidos, siendo la llama roja en el contorno y amarilla en su interior.

No hay cejas, nariz ni otros elementos.

Se usa con la intención de señalar a la vez un estado del ser, estar consciente, como una actitud o disposición, encontrarse despierto.

La llama se encuentra en el lugar del tercer ojo, chacra ajna, sobre la glándula pineal.

Los ojos están despiertos, pero no demasiado abiertos, pues miran hacia dentro y hacia afuera, sin emoción; la boca sonríe amplia y levemente, con la felicidad que proviene de la armonía interior.

Significa tanto que uno se encuentra iluminado por la claridad de las ideas en la mente como en paz de espíritu, con el alma en coherencia con el Universo.

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