LA ESTRELLA FUGAZ
Era un hombre de unos ochenta y tantos años, ya se habían agotado mis horas de sueño, mi cansado cuerpo no obedecía al dormir, el insomnio ya se había apoderado de mi espíritu…, uniéndosele la frenética lucha del vampiro miccional que me acosaba todas las noches… La última vez que visité el baño, creo que eran las tres de la mañana o más, en fin eso no importaba…, pues no pude seguir durmiendo. Me levanté, con pasos cansinos salí al patio de la casa, a la mecedora que tenía debajo del árbol de abeto y allí me senté… algo ocurría, ya que toda la variada y bulliciosa comunidad nocturnal se habían desvanecido.
Me senté en la mecedora, guiando mis ojos nebulosos hacia la bóveda celestial, me embelesé mirándola, en un instante los cerré y me deslicé por una profunda meditación… sentí que emanaba de esa luz hermosa, y así duré un tiempo cualquiera, luego fui abriendo mis ojos…
¡Oh!, la vi, del firmamento venía una estrella fugaz dejando una estela de colores, esa estrella parecía buscar un punto definido, a medida que se movía, se iba creciendo ante mis ojos, cavilé, caramba se dirige hacia mí y me va a caer encima, la estrella no originaba ningún sonido, el silencio era absoluto, y al llegar encima del árbol de abeto, se sostuvo en el aire, inmóvil, como si estuviese anclada en la gravedad.
Me levanté muy lento de la mecedora y al observar con más detenimiento la estrella, distinguí que era una gran nave espacial, de su parte lateral se abrió una portezuela y descendieron dos figuras luminosas parecidas a nuestros jóvenes terrenales, vestidos con ropas brillantes, median casi un metro de estatura, ellos bajaron de la nave flotando en forma suave, y se ubicaron a mi lado; uno de ellos, el que traía en su mano derecha un aparato extraño, me envió un mensaje.
―No tengas miedo, no te vamos a hacer daño. ―Capté todo el mensaje que esos seres me enviaron de manera misteriosa―. Una vibración energética nos hizo llegar hasta este lugar, donde te encuentras sentado.
Miré de reojo a los dos perros que siempre me acompañaban y ellos permanecían acostados a mi lado sin hacer ningún gesto, como si no se hubiesen percatado de lo que estaba ocurriendo en el patio… dudaba o alucinaba…, entonces a esos seres les indagué.
―Quienes son ustedes, de donde vienen ―exclamé con mi voz añeja cansada, en ese momento sentí como sus energías envolvían mi viejo cuerpo, apreciando que podía hablar con ellos en forma misteriosa―. Saben dónde están, acaso conocen este planeta o son viajeros perdidos, que se han desviado de su destino.
Una de las figuras luminosas, el más bajito de los dos, intervino y con una explicación me comunicó lo siguiente.
―Sabemos que sitio es este y con quien estamos hablando ―puntualizó con un mensaje vibracional el ser energético―. Con nuestra tecnología percibimos una emanación luminosa, y ondas vibracionales positivas que salían de aquí, así que decidimos descender.
«No somos los primeros que viajamos a este planeta, hace mucho tiempo estamos viniendo, no buscamos hacerles daño, nuestra misión es ayudarles, ya existen muchos de nosotros trabajando con ustedes, para lograr que se cambien esas vibraciones energéticas densas y vayan avanzando a nuevas vidas, mucho de los niños que están naciendo son cósmicos, ya vienen con una tecnología más avanzada con la finalidad de ayudar desde un principio, todos somos hermanos galácticos y queremos que sigan existiendo».
«En el mundo galáctico mundial hay prisa por ayudarlos, ustedes mismos se están destruyendo usando todas las armas posibles, algunos de nosotros han adquirido su figura humana, y viven con ustedes e irán llegando muchos más en los próximos años, no queremos ver destruido este planeta, si ustedes los destruyen toda la galaxia sería destruida por un efecto espacial, comprendes la situación, deben cambiar, deben modificar los comportamientos en todos los niveles para poder recuperar la tierra».
Continuamos conversando de muchos temas a través de vibraciones, eran mensajes que iban y venían de un lugar a otro, hasta que les solicité algo que creí que me negarían.
―Me encantaría subir a la nave, conversar con algunos de sus tripulantes y conocer algo de su tecnología ―Ellos lo permitieron y me prepararon para subir a su nave.
Nivelaron mi vibración energética igual a la de ellos, y empecé a ascender flotando hacia la puerta lateral de la nave, me mostraron primero la parte exterior y luego la interior, donde había varias cámaras o pisos. El área de controles quedaba en el medio de la nave, allí se observaban varias ventanas o miradores, dichos controles eran sencillos de maniobrar, me dijeron, que toda la energía utilizada en la nave, era energía vibracional, además el movimiento o cambio de rumbo de la nave se realizaba por mallas o redes energéticas, y había muchos portales donde podían pasar de una dimensión a otra sin tiempo o distancia.
Luego de tan maravilloso paseo se despidieron de mí, descendí y me senté en mi mecedora, cerré los ojos, aún con ellos cerrados, seguía viendo la maravillosa estrella.
No comprendo si lo vivido fue real o una ensoñación originada en mi meditación, pero en mi mano apareció un elemento tecnológico y un documento, que me habían entregado ellos, explicándome.
―Con este aparato tecnológico te puedes comunicar con nosotros y otros seres galácticos, solo apuntas donde contemples una estrella fugaz, y te responderán de forma inmediata ―Ellos regresaron a la nave y así como llegaron en silencio, desaparecieron.
Mire mi reloj, eran las cinco de la mañana, en ese momento ladraron los perros y cantó el gallo, en mis manos sostenía el artefacto tecnológico y el documento, el cual estoy leyendo con el fin de comunicar su compendio a la población terrenal.
Cavilando en forma silenciosa sobre lo ocurrido…, con mis manos ajadas empecé a recoger una gran cantidad de ramas y hojas quemadas del abeto, que habían caído al suelo del patio…
GUSTAVO HERRERA BOBB
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