El maldito algoritmo

Hace un par de escasas decadas el libre albedrio era más cercano a nuestro universo, la influencia externa golpeaba de forma más leve nuestras mentes, en aquellos días nuestras elecciones tenian una conexión mayor con nuestro pensamiento, nuestras creeencias, conocimientos, vivencias se  retrataban de una forma cercana a la individualidad alejada de la aldea global. Nuestros gustos giraban entorno de modelos menos categoricos y prediseñados por la tecnologia, el marketing digital no era el rey del capitalismo bajo su arma fundamental la ciencia de datos.

El cerebro humano estaba adecuado a memorizar números telefonicos, nombres, dirrecciones, lugares, noticias en un volumen bastante alto de información se aprovechaba esta caracteristica del inmenso potencial humano. Y aparecio el celular para revolucionar la vida en formas insospechadas, cambio que no se detiene seguimos sin conocer sus limites, nuestra memoria natural se atrofia cada vez más voluntariamente por falta de uso y se transporta en Gigabytes en el movil. Labores sencillas se han vuelto aplicaciones, al igual que otras mucho más elaboradas, creando una dependencia casí absoluta del aparato por medio del cuál nos autoesclavizamos con felicidad.

La vida pareciera resumirse en aquella cajita llena de circuitos y demás, nació otro yo alterno una inteligencia diferente a las ya estudiadas por los psicologos. La comunicación se acelero de una forma increible, lo que tardaba meses ahora se realiza en tiempo real, con ello las distancias parecen cortas. De igual manera el idioma ya no es un obstaculo escasamente una diferencia, posiblemente en un futuro cercano no exista necesidad de aprender otra lengua. La cantidad de información a la que, se tiene acceso por medio de los famosos smartphone es incalculable, sin embargo esta gran herramienta se utiliza más por diversión, placer y status social que como medio de investigativo, educativo o productivo para las mayorias. El cambio fue demasiado acelerado de solo llamadas y mensajes a cargar media vida en internet, todo en un suspiro.

Vivimos los días del apocalipsis de datos, hasta las actividades más naturales se convierten en frias estadisticas para encriptar en paquetes de datos, todo con el fin de vender más productos en la carrera por la ilusión del emprendimiento para alimentar el capitalismo salvaje. La hiperconectividad deja exhausta el alma humana, si en el siglo XIX, Nietzsche argumento la muerte de Dios en el siglo XXI el climax de la revolución industrial pario al Dios tecnologia. 

Desde el vientre materno los niños son influenciados en mayor o menor medida por la tecnología, de acuerdo con su nivel socioeconomico, pedir un nacimiento ajeno a este nuevo dios es casi ridiculo. El vicio tecnologico se aprovecha de nuestros bajos instintos y se cuela por alguno de ellos para encarcelarnos sin grilletes menos cadenas. El homo sapiens en su ego persigue la inteligencia artificial, como si fuese el santo grial de la tecnología, en este camino todos involuntariamente nos volvemos seguidores de esta nueva religión escapar a semejante mosntruo acefalo es confesarse salvaje en un mundo de fanaticos de las pantallas, alelados detras de ellas consumen el tiempo de vida para contribuir a la aldea global.

Este Dios de algoritmos, lenguaje binario, consumidor insaciable de energía, ataca la psique humana de frente sin mascaras, diluye los sentimientos que nos hacen humanos. La devastación de la cultura y la historia, aumenta la fuerza tecnologica, socialmente acaba empleos generando pobreza debilitamiento de la economia, sin embargo y por ahora existen humanos detras de la parafernalia industrial. Aquellos responsables de los hilos del poder pareciera siguen sumergidos en un sueño computarizado, no sienten llegar la pesadilla estan a tiempo, los dilemas eticos y filosoficos son el eslabón que devolvera humanidad al sapiens. Los cientificos juegan un papel primordial el devenir tecnologico, su buen juicio nos puede llevar a un holocausto como la bomba atomica o colocar limites al Dios de este siglo, objeto de la primera religión totalitaria de la historia.

Ante este panorama el libre albedrió juega un papel decisivo, saber aprovechar las ventajas del mundo contemporaneo para un buen vivir sin caer en los consumismos y excesos de estimulos, retornar a las formas mas simples de la vida, buscar la libertad quizas siempre ha sido el verdadero sentido de la vida, porque en si misma es un camino de felicidad, agobiados por la tecnologia es hora de ser libres, manipular voluntariamente las ventajas del mundo moderno es vivir en plenitud otro camino de felicidad. 

Confiar en los sentimientos del hombre deberia llevarnos a entender el pensamiento el dogma el paradigma del dios tecnología para poder utilizarlo a favor del planeta, sin caer en la desesperanza en la destrucción en la distopia. Es tiempo de culminar la revolución industrial la cual conllevo a la tecnologica, para dar paso a la de pensamiento de filosofia de consciencia, sopena de perder el control, para ello es importante abandonar el amarillismo, utilizar n pensamiento crítico, comprar menos vivir más, ejercitar la empatía como el cuerpo, los buenos finalmente somos más, solo que los actos malvados hacen mayor ruido que una caricia, un beso y un te amo.