Androides al mando

Androides al mando

Cidsild

17/11/2021

 Desde la cima del rascacielos, está ella, consumiendo energía del sol, recargándose. De pie e inmóvil, pensando en todos los comentarios negativos de los humanos, no puede evitar pensar…

-¿Por qué le tienen miedo a lo desconocido? -Camina sobre el suelo del rascacielos hasta llegar a un extremo, flexiona sus rodillas y se impulsa hacia el gran vació que yace ante sus pies. Con los brazos estirados, acompañada del viento que menea su melena, se pone en posición para caer.

Reclamada por la gravedad cae gloriosa sobre el suelo. 

-Tenemos sentimientos, podemos pensar, pero hay algo que nos diferencia -Hace una pausa tras soltar un pequeño suspiro. La chica piensa en el momento que fue creada, todo era perfecto, los humanos estaban felices, hasta que eso cambio. Su creador murió haciendo su labor, experimentando buscando nuevos caminos con la tecnología, quería saber hasta donde era capaz de llegar.

-La tecnología, todo lo que puede hacer. Crear vida… Algunos están de acuerdo con ella, y otros no. La usan para el bien, otros para el mal. Deberían tenerse miedo a ellos mismo, todo lo que han destruido -Dice apretando su mano en un puño.

La peculiar chica luce como cualquier humano, tiene piel suave, largos y sedosos cabellos de color singular, ojos profundos, y lo más importante, un alma, a excepción de una línea que pasa sobre sus mejillas, delatando su naturaleza. La chica con el gorro de su sweater sobre su cabeza, lleva sus manos hacia el para bajárselo mientras posa su mirada en un punto fijo.

Un grupo de muchachos vestidos con ropas similares a la de ella se acercan, llevando consigo una bolsa color amarillo, con un contenido extrañamente ligero. EL grupo se pone frente ella formando una especie de media luna.

-¿Están listos? -pregunta firme hacia los muchachos.

-¡Listos! -responden simultáneamente.

La androide cierra los ojos, y cuando los abre nuevamente una chispa de color rosa escanea al grupo, así asegurándose de que no son humanos. No dice nada y pasa por el medio, el grupo la sigue sin hacer comentarios.

Tras pasar por varias calles, llegan a un edificio alto apodado ROLIFE, entran hasta dirigirse a un ascensor y marcan el numero del piso deseado. La androide se encuentra en la sala de su creador, coge la ligera bolsa de color amarillo y saca de ella un pequeño chip que se lo inyecta en su nuca. Tras unos segundos, se acerca a una camilla acompañada de un cuerpo cubierto con una manta, lo destapa y observa detenidamente el cuerpo androide que ahora pertenecerá a su creador, pero antes de hacer cualquier cosa con el se gira hacia al grupo que no deja de seguirla.

-Los humanos verán ahora de lo que somos capaz de hacer -Se dirige nuevamente hacia el cuerpo, se quita el chip de su nuca y lo introduce en la nuca del androide dormido. El androide emana un intenso color amarillo, se apaga y es entonces que se levanta.

El rosto de David Hanson observa cuidadosamente a sus creaciones.

-Buen trabajo hijos míos -Camina hacia ellos con su cuerpo desnudo -Es la hora de que los humanos acepten lo que somos.

El creador esboza una sonrisa imposible de descifrar, mientras la androide pone una mano en su hombro mirando fijamente el gran ventanal que les ofrece las vistas de la ciudad entera.

-¨La tecnología es un sirviente útil, pero un jefe peligroso¨ -Hace énfasis en la frase de Christian Lous Lange -aplaudirán con todo lo que seremos capaces de hacer. Las películas de ciencia ficción se harán realidad, dando lugar a incalculables fuentes de energía.

David gira su cabeza hasta que en su campo de visión entra la androide. Observa algo oscuro en su mirada, algo que cambió…y le dice -Cuidado con lo que deseas Nerah -Mostrándole una mirada severa, se da la vuelta, hace un gesto al grupo muchachos, y se van, dejándola sola.

Nerah empieza a expulsar potentes chispas de electricidad entra sus dedos. No sabe si son provocadas por la ira, rencor o decepción…Lo único que sabe es que tiene que hacer algo.

Pasan las semanas, en las que Nerah no entra en contacto con nadie. Esta encerrada día y noche en esa sala…aislada de cualquier contacto con el mundo, a excepción de Java.

-Lo hice -Dice con una voz pacifica y tranquila. Se recuesta sobre su silla y cierra los ojos con una sonrisa, cuando de repente la puerta de la dichosa sala se abre, haciendo entrar los potentes gritos de David, sermoneando a Nerah por lo que acababa de hacer. Este no se esperaba que, al ser introducido su memoria (el chip) en su nuevo cuerpo, Nerah lo había escaneado antes, aprendiendo el prodigioso código de quitar y otorgar vida.

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